Con gran entusiasmo, el embajador paraguayo ante la Santa Sede, Esteban Kriskovich, manifestó que el florecimiento del lapacho amarillo es un regalo pascual y primaveral en estas latitudes y reconoció los excelentes cuidados de los responsables técnicos de los Jardines Vaticanos.
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“Aún aguardaremos un tiempo por el lapacho blanco. Estos colores fueron especialmente escogidos a fin de evocar los colores de la bandera papal”, explicó.
Los dos lapachos se plantaron en noviembre de 2017, mediante una iniciativa de la Embajada de Paraguay en la Santa Sede.
En aquella ocasión también se había colocado una imagen de la Virgen de Caacupé en los Jardines Vaticanos, acto en el cual había participado el entonces presidente de la República, Horacio Cartes.
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En febrero del año pasado, se registraron nevadas y bajas temperaturas en Roma y ambos lapachos resistieron en el lugar.
El árbol de lapacho es nativo de Sudamérica y está acostumbrado a climas tropicales húmedos y cálidos, como ser Paraguay, Brasil, Argentina y Bolivia.