Marisol Ramírez
La pandemia del Covid-19 plantea desde hace meses una serie de situaciones nunca antes vividas a nivel colectivo, en todos los ámbitos. La cuarentena y la disminución de circulación de dinero, impactó en el mercado laboral mundial dejando efectos de reducción de personal dentro del sistema financiero.
¿Qué pasa con las personas que en este momento histórico quedan cesantes o sin empleo? Además del aspecto económico, la persona y su entorno deben lidiar con la carga emocional y sicológica que esto representa. La licenciada Mercedes Argaña, sicóloga, enfatiza que el desempleo es un problema social. “Se reducirá su efecto negativo si todos los actores desarrollan la mayor actitud solidaria posible ante esta situación”, explica. Para que la persona atraviese de la mejor forma posible esta experiencia, es importante tener en cuenta desde la forma de su desvinculación de un trabajo. “El empleador que despide, es importante cómo lo hace, debe cuidar la dignidad de la persona”, subraya. Además, la máster en Sicología del Trabajo, de las Organizaciones y de los Recursos Humanos (Universidad de Valencia y Universidad de Coimbra) señala que la familia y el entorno de la persona deben manifestar una actitud solidaria. “Además, en esa misma línea, el Estado debe apoyar sin escatimar recursos”, expresa. Acerca de cómo debe actuar la persona que perdió el empleo manifiesta que debe tener muy presente que el futuro trae siempre oportunidades. “Para superar una crisis hay que perspectivar el futuro, sin quedar atrapado en el malestar temporal de la pérdida. Somos mucho más que nuestro rol laboral. Se darán nuevas oportunidades de contribuir con nuestras capacidades a nuevos emprendimientos”, apunta.¿CÓMO AYUDAR? Una persona que queda sin trabajo, sea cual sea el motivo, queda con emociones, sentimientos a flor de piel, pudiendo presentar estados de incertidumbre, ansiedad, tristeza, estrés, depresión, etc. Familiares, amigos de quienes han quedado cesados o sin empleo, incluso, el Estado, deben tener en cuenta que más allá de las repercusiones sobre la salud mental de la persona, este momento de crisis se supera, ya la forma es proyectando el futuro de manera solidaria.Durante el proceso, hay que evitar la culpabilización por la pérdida y relativizar los efectos de la desocupación, mostrar alternativas de apoyo y afrontamiento. La situación además de ser personal, también es colectiva. “Formamos parte de un entramado social que nos une. Se debe apoyar a las personas en situación de desempleo, contenerlas, acompañarlas, potenciar sus recursos para afrontar de forma creativa y proactiva la situación”, puntualiza Argaña.
En tiempos de pandemia, disminuyeron puestos de trabajo y los afectados deben contar con ayuda.
El trabajo
El trabajo humano es una actividad que requiere esfuerzos físicos, mentales y emocionales, para lograr algo buscado intencionalmente. Quien trabaja espera recibir realización personal, reconocimiento social, recursos para emprender y subsistir. Esta potencial fuente de satisfacción derivada del trabajo, puede deberse al mismo, sea o no remunerado. En la historia contemporánea el trabajo remunerado (empleo), es una figura como fuente de identificación y de recursos para la subsistencia. El trabajo es una actividad social y giran alrededor de él, valores culturales, representaciones y creencias sociales.