El Uruguay llamó la atención desde el año pasado por haber aplicado una singular estrategia frente a la pandemia, sin confinamientos obligatorios. Luego, en marzo de este año, pasó a ser el país con mayor tasa de casos nuevos en América Latina, y de ser uno de los últimos en obtener las vacunas contra el Covid-19, ahora es el primero en esta región en anunciar que vacunará a menores de 18 años. Sobre estos temas preguntamos al embajador Sandin Tusso, quien antes de asumir el cargo en Paraguay se desempeñó como embajador del Uruguay en Costa Rica.
–¿Cómo lograron evitar el colapso del sistema de salud y reponerse de las estadísticas de tasa per cápita de nuevas muertes por Covid-19?
–Al igual que para muchos en Paraguay –aprovecho para transmitir mi solidaridad–, los últimos meses fueron muy duros en mi país, de angustia y sufrimiento para muchos compatriotas, luego de “un año ganado” a la pandemia en 2020. El número de contagios sigue siendo aún significativo y la muerte de cada compatriota es una tristeza cada vez que sucede, pese a que sabemos que nos encontramos frente a una lacerante pandemia que ha cambiado nuestra vida con consecuencias trágicas en todo el mundo.
Pero también, aunque parezca contradictorio, es tiempo de esperanza, es tiempo “de garra”.
Los orientales seguimos confiando en nuestras capacidades para revertir la situación –ojalá al corto plazo–; confianza que se apoya en un vigoroso esquema de vacunación que protege al sistema de salud, ha priorizado categorías de riesgo, procura reducir la morbilidad, la mortalidad y la transmisión de la infección, y generará la ansiada inmunidad de rebaño. Así como también por una serie de medidas articuladas desde el Estado, como los protocolos sanitarios para el desarrollo de actividades económicas, la ampliación del seguro de desempleo, el trabajo a distancia, medidas de apoyo selectivas a sectores de mayor vulnerabilidad, etc.
Una red de políticas públicas que se apoyan en fortalezas características, como son: la educación de nuestra población, las capacidades de respuesta sanitaria instaladas y aumentadas, el nivel de nuestros profesionales de la salud y apoyo de la comunidad científica, la importante capacidad de testeo desarrollada, la resiliencia de nuestra economía, la capacidad de nuestros emprendedores y sector productivo. Pero, sobre todo, confianza en nuestro sistema político, en nuestros gobernantes y en el liderazgo de nuestro presidente, Luis Lacalle Pou.
–Su país también se suscribió a la iniciativa Covax, a través de la cual la OMS le aseguró a Uruguay dosis para el 25% de la población. ¿Qué porcentaje de inmunizantes han recibido por medio de este mecanismo?
–Uruguay apoyó desde el inicio la iniciativa internacional, como participante activo y defensor del multilateralismo, era el camino a seguir por nuestros países. No obstante, su celeridad no pudo acompañar a esta temible realidad que nos golpea a todos.
De igual forma, el país también aseguró biológicos a través de negociaciones directas con grandes laboratorios y principales proveedores mundiales. Así, se llegó a una canasta de vacunas para los diferentes rangos etarios, que hoy incluso, alcanza a adolescentes de 12 a 17 años. Esta canasta fue definida con base en posibilidades reales y a las recomendaciones de un grupo multidisciplinario de científicos que asesora de forma honoraria al Gobierno.
El esquema de vacunación se aplica en todo el territorio nacional y ha alcanzado una gran efectividad, acompañado, por supuesto, por una adhesión importante por parte de la población. Incluso, miles de uruguayos han podido viajar al país desde el exterior para poder vacunarse, respetando los protocolos de ingreso, muchos desde Paraguay.
Al 7 de junio 55,22% de la población había recibido al menos, una dosis, y un 30,23%, ambas dosis. Cada día que pasa esos porcentajes son mayores, la inoculación ha llegado a alcanzar los 60.000 actos vacunales en un día. Estas cifras son un gran logro para el país.
–La pandemia ha impactado negativamente en la economía de nuestros países. En Uruguay, la actividad económica en 2020 disminuyó 5,9% respecto al año 2019, debido a los efectos económicos de las medidas para contener el avance del Covido-19. ¿Qué se perfila para la pospandemia?
–Las perspectivas creemos son alentadoras. Pese a la caída registrada y el complejo momento sanitario y sus consecuencias económicas, el país ha logrado mantener su calificación crediticia de grado inversor por parte de las principales calificadoras, lo que es un testimonio del buen estado de salud de la economía, y ofrece un escenario propicio para la recuperación.
Nuestros dos países han sido de los pocos en la región que han logrado mantener sus perspectivas económicas.
–Aunque lleva menos de un año aquí, ¿qué destacaría del Paraguay en cuanto a sus potencialidades?
–Paraguay destaca en la región por el manejo de su macroeconomía, así como por sus importantes índices de crecimiento en los últimos años, apoyado en sus estupendas cifras de exportación de energía y productos agroindustriales. Ambos aspectos son una constante desde hace años, con independencia del ciclo político, es indudablemente a mi entender una señal de madurez institucional de importancia en cualquier país y demuestra la solidez del sector productivo, son diferenciales que describen fortalezas destacables.
–¿En qué ámbitos se da la cooperación bilateral Paraguay-Uruguay y qué niveles de inversión se dan actualmente de parte de su país en el nuestro?
–Los datos nunca son concluyentes por lo que no arriesgaré cifras, pero el interés de emprendedores y empresarios uruguayos en Paraguay es sostenido. Las empresas siguen llegando y demostrando interés en un mercado atractivo, desde el tradicional negocio agroindustrial, pasando por los servicios logísticos, profesionales, de infraestructura, transmisión de energía, hasta los complejos servicios financieros apoyados en las nuevas soluciones que brindan las tecnologías de la información, entre otros.
Brindo solo un ejemplo de la sofisticación que pueden alcanzar algunos de los servicios que ofrecen nuestras empresas.
En los próximos días, una empresa de software uruguaya Devsys brindará sus soluciones informáticas a través de una actividad virtual dirigida a operadores del sector automotor y de maquinarias –que ya ha implementado con éxito para otros sectores de la economía–, que permiten cumplir de forma práctica y fácil a las empresas las exigencias de la normativa en materia de lavado de activos.
Ello sin descuidar la presencia de productos tradicionales de calidad insuperable, como lácteos (quesos y dulce de leche), vinos y otros productos alimenticios. Toda esta oferta describe una interacción comercial bilateral variada, diversificada, sostenida y que alcanza importantes volúmenes y que también se da en el sentido inverso.
El país aseguró biológicos a través de negociaciones directas con grandes laboratorios y principales proveedores. Así se llegó a una canasta de vacunas para diferentes rangos etarios.
Nuestros dos países, Paraguay y Uruguay, han sido de los pocos en la región que han logrado mantener sus perspectivas económicas. Estas son alentadoras.