Lo que se criticó principalmente es la desigualdad en el trato de la Justicia. Es que el informe del Ejecutivo sobre las compras por la pandemia había señalado que no hubo daño patrimonial, minimizando el hecho, lo que fue leído como impunidad para los grandes negociados.
Mientras tanto, un hecho bagatelario, el hurto de pomelos, es castigado con todo el peso de la Justicia, ya que se le dio la prisión preventiva al imputado.
Es que por casi dos meses, Arnaldo David Kemal Alvarenga, un vendedor y limpiador de 40 años, estuvo preso en la Comisaría 12, Metropolitana, imputado por hurto agravado y violación de la cuarentena sanitaria. Tiene tres antecedentes penales.
La escueta imputación de la fiscala Carina Serón fue presentada el 18 de mayo pasado, y la jueza de Atención Permanente le dio prisión.
Según señalaba la fiscala, el hecho se registró la tarde del 17 de mayo, a eso de las 15:00, en una vivienda del barrio Santísima Trinidad de Asunción, perteneciente a Sergio Luis Fernando Bejarano.
La agente relata que el dueño del inmueble fue alertado por un vecino que una persona estaba en su patio, quien ingresó escalando la muralla.
Fue así que Bejarano salió a ver lo que pasaba y halló a Kemal Alvarenga en su propiedad. Este, al verlo, huyó rápidamente del lugar.
En su huida, dejó en el patio un palo con gancho y una mochila. El dueño alertó a las autoridades, por lo que a pocos metros Kemal Alvarenga fue capturado.
Después, la fiscala señala que el mismo tiene antecedentes por hechos similares, aunque no dice cuáles, cuándo o dónde. Alega que, según vecinos, a los que no identifica, el hombre ya ingresó varias veces a la vivienda para hurtar objetos de valor. Finalmente, dice que el hombre violó la cuarentena sanitaria.
INDAGATORIA. En su indagatoria, Kemal señaló que se dedica a vender frutas y también a la limpieza. Reconoció que entró a la casa porque tenía un árbol de pomelos y extrajo algunas de las frutas.
Dijo que las metió a su mochila para llevárselas, pero cuando salió el dueño, escapó. Tanto su mochila como el palo con el gancho quedaron en el inmueble.
La defensora Pública Blanca Ramírez solicitó que el caso sea caratulado como bagatelario, pero la fiscala no lo entendió así.
La imputación es por hurto agravado, en grado de tentativa, cuya pena va hasta 10 años. El mismo artículo del Código Penal dice que cuando el valor de lo robado no supera los 10 jornales, no puede ser hurto agravado.
Se realizó la revisión, el juez Yoan Paul López ratificó la prisión. Esto fue confirmado por los camaristas. Tras la reacción ciudadana, en una segunda revisión, el hombre ahora ya está libre.
Hubo otros dos casos, por hurtar toallas y por champú
El caso de los pomelos no es el único. Hubo casos similares. En febrero del 2019 habían metido preso a un hombre por llevarse una crema de afeitar, un desodorante y un champú. En octubre, otro fue imputado por hurtar dos toallas.
En el primer caso, César Benítez Quinteros fue imputado por el hurto de un local de Biggie ubicado en Mariscal Estigarribia e Independencia Nacional, donde trató de llevarse la crema de afeitar, un desodorante y un champú. Estuvo 7 meses preso.
En el segundo caso, en octubre del año pasado, Hugo Ramón González fue imputado por llevarse dos toallas de un puesto de ventas de la calle República de Colombia de Asunción.