La gran victoria paraguaya en la modalidad de best ball ayer tuvo un mal comienzo. Pero ahí mismo radicó el gran merecimiento, la sangre fría y el poder de recuperación de nuestras jugadoras, que ya no cometieron falla alguna en todo el resto de la competición y ganaron de punta a punta el Mundial en la tabla general y la competición best ball de cierre en Sun City, Sudáfrica.
''Solo le dije a Julieta que había 17 hoyos más por jugar y que había birdies para nosotras después de que fallamos ese tiro’’, comentó risueñamente Celeste Troche, quien justamente concretó el último putt para birdie en el hoyo 18 y después de que su compañera había fallado un golpe de 1,8 metros.
Julieta recordó la anécdota de la inclusión por primera vez de Paraguay en una Copa del Mundo, en la que “ni siquiera fue invitado, y tendría que jugar estupendamente bien para clasificar a mi país, que solo tiene seis campos de golf en total. Así que lo intenté con mucho esfuerzo durante todo el año y lo pude lograr”.
Dejó también un mensaje especialmente para los niños y jóvenes: “Espero que ahora la gente joven en mi país comience a aceptar el deporte, pero de manera más importante, y que nunca lo dejen’’.
Ambas jugadoras paraguayas tuvieron un gran soporte familiar que les acompañó. Celeste contó con la presencia de su padre, Hugo; mientras que Julieta, con su inseparable mamá y a la vez caddie, Rosa.
Anímicamente fue grande también la fuerza que se dieron mutuamente, para sobrellevar la gran presión, primero, de un absoluto debut en la competencia de singles, que ganaron el viernes; y, después, el tener que sostener la ventaja que en esa ronda consiguieron y que inclusive hoy fueron capaces de superar.
“Jugamos muy tranquilas, tratando de sacarnos toda la tensión. Nos reíamos, festejábamos las buenas jugadas y tratábamos de minimizar y olvidar nuestros errores”, comentaron.
Realmente jugaron en equipo, por eso no solo se dividen el premio, sino también se identifican con una alegría única para Celeste, quien reconoció que “es el mayor logro de toda mi carrera”, y diferente para Julieta, que ya había ganado, nada menos que el torneo mejor dotado de la historia del golf femenino, a finales del 2006.
“Estamos súper contentas. Este es un día inolvidable. Las dos jugamos súper bien. Incluso nos divertimos, acertando los golpes cuando había que hacerlo, y mantuvimos fría la cabeza cuando había que hacerlo. Y este es un triunfo en equipo”, declaró Julieta.