Conocido por su posicionamiento previsible en favor de los proyectos que impactan en la ciudadanía y por su condición de demócrata acérrimo, tanto que se puso en peligro en la llamada “enmienda de sangre” del año 2017, Édgar Acosta busca insertarse de vuelta en el Congreso.
En este sentido, el ex parlamentario abordó varios ejes de lo que sería su gestión en el Parlamento en caso de que vuelva a contar con la confianza ciudadana. Dijo que el papel contralor es fundamental, que por la coyuntura de copamiento actual por parte del oficialismo, prácticamente le está vedada a la oposición. Valoró el papel de quienes ejercen el papel de oposición actualmente, pero lamentó, no obstante, que haya parlamentarios que se coloquen al lado del poder cuando que fueron electos para hacer oposición. Acerca de la gestión de Santiago Peña, sostuvo que hasta ahora los resultados no han sido los esperados y que el mandatario pone como prioridad sus negocios y los únicos “que están mejor” son Peña y su equipo político.
“Ahora mismo no es suficiente lo que está haciendo el gobierno y yo comparto lo que dice la calle y no solamente el malestar viene de ver que no llegan los programas, sino que hay malestar porque se ve que con ciertos actores políticos cercanos al gobierno sí cumplen digamos con lo que dice el eslogan de campaña, que hay muchos actores que uno nota que ‘están mejor’, pero no la ciudadanía”, señaló.
Sobre la oposición, su receta y los desafíos que tiene por delante, primero en las municipales y posteriormente en las elecciones generales, Acosta señaló que la actual movida dentro de la capital y en otros distritos de relevancia es buscar unir a la oposición en torno a un proyecto común. “Es el camino a seguir”, dijo.
RECETA PARA LA ALTERNANCIA
“A mí me alegra mucho lo que sucedió hace semanas en Asunción, de que mi partido, el Partido Liberal, y otros partidos y movimientos se hayan sentado y firmado un acuerdo estableciendo, sin condicionamientos, quién debe encabezar y eso es una buena señal, porque las elecciones municipales son el primer desafío para administrar la mejor manera de velar por la cosa pública”, señaló. Agregó que no son determinantes los resultados de las municipales e hizo historia señalando que en 2006 la ANR tiñó de rojos los municipios, aun así luego perdió en 2008 ante la Alianza.
Expresó además que no condicionar candidaturas y poner más bien programas y medidas a implementar en favor de la ciudadanía es un acuerdo necesario. No obstante, cree que existen a nivel nacional un menú de candidatos afirmados que no se puede desconocer.
“El intendente Miguel Prieto, que es una figura no solamente ya en el Este, sino a nivel nacional. Kattya González, que ahora está en los medios de comunicaciones, es una parlamentaria a la que sacaron de forma injusta del Congreso y es una figura que no se puede descartar”, apuntó.
Dentro de las filas del PLRA, considera que el senador Eduardo Nakayama apunta como figura presidencial.
SIN JUSTICIA NO HAY SEGURIDAD
Para el diputado, el poder seguramente que más deudas tiene con la ciudadanía es la Justicia, habida cuenta de su papel para generar en la sociedad de que la corrupción se debe castigar y que los delincuentes estarán tras las rejas, entre otros. Ninguna de estas tareas se ejerce a cabalidad, señaló Acosta.
“La Justicia es fundamental y de los tres poderes creo que es del que más dependemos. Te pueden quitar tu casa, nos pueden quitar mucha libertad y ha fracasado todo este tiempo, o si no que no lo diga esta mafia de los pagarés que se ha arrastrado durante mucho tiempo y esperemos que ahora se solucione. Está la complicidad con las autoridades y en eso realmente tenemos que luchar con mucha fuerza, porque el Poder Judicial, digamos, es el guardián de la democracia y en los últimos tiempos nos hemos dado cuenta de que esta situación perjudica a todos. Está el caso de Rodrigo Quintana, el de la mafia de los pagarés. Esto nos da la pauta de que se quiere proteger más a los mafiosos que a la propia ciudadanía”, dijo.
INJERENCIA EN LA JUSTICIA Y SU IMPLICANCIA
Acosta, con sus diez años dentro del Parlamento, conoce bien en qué grado la clase política busca tener sujeto a la Justicia e injerir en ella para generar favores, en especial esperando impunidad. “La clase política siempre va a querer tener manejo de esta institución (la Justicia), lo cual no debería ser, pero lastimosamente se normaliza, lo que está mal. Una anécdota para que ubiquemos cómo la clase política quiere tener fiscales y jueces a medida. Cuando llego en el 2013 vienen a mi oficina dos colegas colorados y uno liberal y me dicen: ‘Édgar, no querés acompañarnos a visitarle a fulano de tal’, que era uno que se iba a ir por su confirmación, reconfirmación, algo así, y yo les pregunto por qué, a lo que me responden: ‘Y vamos a ir a darle nuestro apoyo’, y allí yo les pregunto para qué. Uno de ellos que no era de mi color me dijo si es que no quería un amigo fiscal para cuando uno necesita que le den una mano o le den información”, señaló. Acosta recordó que les había subrayado que erraban el camino y que creía en la Justicia independiente. Les agregó que un fiscal corrompido, aún cuando hoy en día ayude a un miembro del poder de turno, el día de mañana brindará pleitesía y otorgará favores a quien esté en ese momento en el poder.
CONGRESO DEBILITADO
Acosta precisamente señala que el debate como un elemento intrínseco de la tarea parlamentaria es algo que se perdió. El que el voto mande y no el ejercicio y la prerrogativa de control que debería tener el Parlamento, sea cual fuera su línea, es otro aspecto que se perdió, argumenta. “Yo no voy a entrar a tallar la capacidad intelectual de los que están en el Parlamento, nos guste o no, porque fueron electos. Pero sí tenemos que entender que la función del Legislativo es la de ser contralor. A mí me encantaría y seguramente saben los senadores y diputados, las funciones específicas que deben ejercer, de lo que precisamente estábamos hablando de la redacción y presentación de proyectos de leyes, pero por sobre todo lo que significa ser contralor del Ejecutivo y otras instituciones. Los pedidos de informes, esos que te dan por iniciativa ciudadana o por iniciativa propia, los elementos para denunciar”, apuntó. Cuestionó el papel intransigente de la mayoría que cierra debates abusando de su mayoría. “Yo viví eso, que te digan cierre de debate y por qué, ‘porque tenemos los votos’, dicen. Pero la democracia ni el Legislativo se sustentan por tener la cantidad de votos, sino que el proyecto de ley sea bien aplicado”. Sobre el debate y su relevancia, dijo que es necesario brindarle a la ciudadanía posiciones para que compare. “Eso fortalece, pero estamos perdiendo”, apuntó.
DECEPCIONADO DE ROLÓN
Para Acosta, el hecho de que el fiscal general no haya generado los resultados esperados al ser “la representación genuina de la ciudadanía”, es verdaderamente preocupante.