El presidente de la FIL, Raúl Padilla, afirmó que, aun teniendo la última jornada por delante, los organizadores estiman que por las puertas de la Expo Guadalajara han pasado “poco más de 813.000 asistentes”, es decir, 25.500 más que en la edición anterior.
En la rueda de prensa de clausura, consideró que el balance de esta edición, por la que en nueve días pasaron figuras como Mario Vargas Llosa, Nélida Piñón, Antonio Gamoneda y Alonso Cueto, “es a todas luces positivo”.
Con una inversión de 107 millones de pesos (5,2 millones de dólares), se espera un ingreso de 110 millones de pesos (5,3 millones de dólares) y un beneficio indirecto en concepto de turismo en el área metropolitana de la capital de Jalisco de 350 millones (17 millones de dólares).
El volumen de venta de las editoriales quedó cifrado en aproximadamente 780 millones de pesos (37,7 millones de dólares).
La venta nocturna del viernes, en la que los estands extendieron sus horarios y ofrecieron precios rebajados a los compradores, congregó a 28.547 asistentes.
Por otra parte, en FIL niños, el espacio que trata de fomentar la lectura para los más pequeños de manera lúdica, participaron 190.000 jóvenes. También se llevaron a cabo 162 visitas escolares.
Esta 30 edición, en la que participaron 751 autores de 41 países, rindió homenaje al nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa, y se analizó la repercusión que tiene en las nuevas generaciones de escritores el “último sobreviviente del ‘boom’”, como él mismo se definió.
En el marco del evento se concedieron reconocimientos como el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances al rumano Norman Manea, el Sor Juana Inés de la Cruz a la española Marina Perezagua o el de Literaturas Indígenas de América 2016 para el mexicano Jorge Miguel Cocom Pech.
Padilla destacó que entre las actividades más concurridas de la 30 FIL se encuentran el evento que George R.R Martin, autor de la saga en la que se basa la serie “Juego de Tronos”, tuvo con sus lectores, así como la presentación del más reciente libro de James Dashner, del que dijo que es “otro consentido de los jóvenes lectores”.
La directora de la feria, Marisol Schulz, puso de relieve el papel que América Latina, invitado de honor, jugó a lo largo de estos días, con un programa “vasto y diverso” en el que participaron 120 autores de la región.
La FIL no solo dio protagonismo a las letras, como demostró el multidisciplinar Festival Latinoamericano de las Artes, que tuvo diferentes sedes alternativas e incluyó, entre otras actividades, la representación de “La chunga”, obra teatral de Vargas Llosa.
Schulz recordó que en esta edición se ha querido poner “un énfasis muy especial en las lenguas originarias”, y ejemplo de ello fue el espectáculo musical “De Mongolia a la Patagonia”.
“Estamos a unas horas de cerrar con broche de oro la gran fiesta en torno a la palabra y la lectura, la gran fiesta latinoamericana de las artes, el libro y la lectura”, concluyó.
Este domingo se produjo el simbólico cambio de estafeta entre Latinoamérica, representado por el poeta guatemalteco Humberto Ak’Abal, y Madrid, en cuyo nombre acudió a México el coordinador general del Ayuntamiento, Luis Cueto.
De esta forma, Madrid se convertirá en la segunda ciudad, tras Los Ángeles (EE.UU), en ser nombrada invitada de honor. En años anteriores, lo han sido España y las comunidades autónomas de Cataluña, Andalucía y Castilla y León.
Para la próxima edición, que se desarrollará del 25 de noviembre al 3 de diciembre de 2017, la capital española llevará un programa que contará con la participación de autores madrileños, otro espacio destinado a los editores y un tercero a ilustradores, bibliotecarios, promotores de lectura y agentes literarios.
