Según los expertos, las precipitaciones récord que el fenómeno meteorológico de El Niño ha generado este año en algunas regiones se corresponden con un aumento esperado de los episodios climáticos extremos.
Pero en internet se afirma erróneamente que la culpa es de la geoingeniería... y no de las emisiones de carbono.
“El aeropuerto de Dubái parece una película apocalíptica. Los videos de las inundaciones son una locura”, dijo en abril el comentarista conservador estadounidense Robby Starbuck a sus más de 460.000 seguidores en la red social X, después de que en la ciudad emiratí cayeran aguaceros sin precedentes.
“He visto a algunos culpar al cambio climático cuando en realidad la causa es el uso de técnicas de modificación del clima. La siembra de nubes, en la que se rocían productos químicos en el cielo para crear lluvia, causó esto”, señaló.
Afirmaciones similares aparecieron después de cada gran inundación registrada este año en otras naciones.
“No estoy de acuerdo con que en nuestro planeta se haga siembra de nubes por todas partes, ¿y tú?” era uno de los mensajes compartidos por usuarios en X a finales de mayo, en el que además culpaban de las lluvias a una “crisis climática provocada por el hombre”.
Lo cierto es que la siembra de nubes, que introduce diminutas partículas en el cielo para inducir la lluvia en zonas geográficas acotadas, ha ganado popularidad en todo el mundo como forma de combatir la sequía y aumentar las reservas de agua.
Pero los científicos afirman que a través de esta técnica no se pueden crear las condiciones meteorológicas o los niveles de precipitaciones observados recientemente en países como Alemania o EEUU.
“Debido a la gran variabilidad natural de las nubes, hay muy pocas pruebas científicas de que su siembra tenga un efecto medible sobre las precipitaciones”, consideró Andrea Flossmann, copresidente de un equipo de expertos en modificación climática de la Organización Meteorológica Mundial.
En lo que sí coinciden los expertos es que el cambio climático duplicó la probabilidad de las inundaciones que en mayo asolaron el sur de Brasil, empeorando las intensas lluvias provocadas por El Niño.
“Definitivamente, hay consenso en que el cambio climático es responsable de muchos de estos fenómenos meteorológicos extremos”, explicó Mariana Madruga de Brito, científica brasileña de Rio Grande do Sul, el estado que sufrió la crisis histórica.