“El Índice de Confianza del Consumidor (ICC) revela un marcado deterioro en las percepciones y expectativas económicas de la población entre 2023 y 2025. Los datos muestran que tanto las expectativas a futuro como la evaluación retrospectiva de la situación personal, familiar y nacional registran un giro hacia el pesimismo”, indicó.
En cuanto al futuro, en setiembre de 2023 (apenas a un mes de asumido Peña) más del 60% de los encuestados confiaba en que su situación personal, la de su hogar y la del país mejorarían. Dos años después, en julio de 2025, esas expectativas positivas cayeron a 47,5%, 56,25% y 38,5%, respectivamente. Al mismo tiempo, aumentó de manera significativa el porcentaje de personas que creen que la situación empeorará, sobre todo en lo que respecta a la economía nacional, donde el pesimismo pasó de 9,8% a 30%, analizó Ibarrola.
Dijo que la evaluación retrospectiva también refleja un escenario preocupante: En julio de 2025, 42,5% de los encuestados señaló que su situación económica personal está peor que un año atrás, mientras que solo 14,75% dijo que mejoró.
“A nivel de hogares, 34,5% percibió un deterioro contra apenas 19% que vio una mejoría. La visión sobre el país fue aún más crítica: Casi 70% considera que la economía nacional empeoró en el último año, frente a un escaso 7,5% que cree que mejoró. A este panorama se suma la caída en la capacidad de ahorro: El porcentaje de hogares que declara poder ahorrar descendió de 20,25% en julio de 2024 a 18,25% en julio de 2025”, detalló.
En conjunto, los datos reflejan un desgaste acelerado de la confianza de los consumidores, con predominio del pesimismo sobre la economía nacional y señales de menor dinamismo en el consumo privado, lo que plantea un desafío adicional para la política económica del país, mencionó.
Agregó que, en los últimos 10 años, el salario promedio subió 39%, mientras que los precios en general y de los alimentos aumentaron en un 50% y 83% respectivamente, erosionando el poder adquisitivo de los ciudadanos. Esta publicación del BCP se da en un momento en que el Gobierno ha decidido intensificar los controles a los márgenes de utilidad de los gremios empresariales como medio de combate a la suba de precios en los alimentos.
Julio fue el segundo mes consecutivo en que el resultado del ICC se mantuvo en pesimismo.