En la Franja de Gaza, devastada por más de diez meses de guerra entre Israel y el movimiento islamista Hamás, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) suspendió sus operaciones, tras el bombardeo de un vehículo de la ONU.
La violencia en Cisjordania, un territorio ocupado por Israel desde 1967, se incrementó desde el inicio del conflicto de Gaza, desatado el 7 de octubre por una letal incursión en el sur de Israel de milicianos de Hamás.
El ejército israelí lanzó una “operación antiterrorista” con bombardeos e incursiones con convoyes blindados en las ciudades de Yenín, Naplusa, Tubas y Tulkarem, y contra dos campos de refugiados.
Las fuerzas israelíes indicaron que “eliminaron a nueve terroristas” y la Media Luna Roja palestina cifró también en nueve el número de palestinos muertos, añadiendo que hubo 15 heridos.
Según Hamás, tres muertos en el campo de refugiados de Yenín son miembros de su brazo armado.
La ONU advirtió que esta operación “corre el riesgo de agravar seriamente una situación ya catastrófica”.
“Israel, como potencia ocupante, debe cumplir sus obligaciones según el derecho internacional”, declaró la Oficina de DDHH de ONU.
Desde el inicio de la guerra en Gaza, más de 650 palestinos murieron en Cisjordania ocupada por acciones del ejército o de colonos israelíes, según un recuento con base en datos de la Autoridad Palestina, que administra parcialmente esa región.
Del otro lado, al menos 20 israelíes han muerto en ese territorio. AFP