En una carta dirigida a Ban y distribuida por la delegación iraní en Naciones Unidas, Zarif defiende la necesidad de que la comunidad internacional se implique para terminar con la campaña aérea encabezada por Arabia Saudí y promueva un proceso de diálogo.
Irán -a quien Riad y otras capitales árabes acusan de estar detrás de la rebelión del grupo musulmán chií de los hutíes- criticó duramente los bombardeos, que calificó de “provocación”, y denunció que se han centrado principalmente sobre objetivos “puramente civiles”.
El primer punto del plan iraní dado a conocer esta semana en Madrid es la puesta en marcha de un alto el fuego y el cese inmediato de los ataques de la coalición árabe.
Además, la propuesta exige que se permita de forma urgente el suministro de ayuda humanitaria a la población y que se retome un “diálogo nacional” con representantes de todos los partidos políticos y grupos sociales.
El objetivo final, según Teherán, sería el establecimiento de un gobierno de unidad nacional que permita superar la grave crisis del país.
En su carta, Zarif pide a Ban que utilice su influencia para facilitar cuanto antes el fin de los bombardeos y la vuelta al diálogo, al tiempo que ofreció el apoyo de su país en esa tarea.
“No hay una solución militar a este conflicto. La única forma de restaurar la paz y la estabilidad es permitir a todas las partes en Yemen establecer, sin ninguna interferencia extranjera, su propio Gobierno de unidad nacional inclusivo”, insistió el jefe de la diplomacia persa.
Frente a las acusaciones de otros países, Irán ha negado en todo momento estar detrás de la sublevación del movimiento chií de los hutíes, que se ha hecho con el control de gran parte de Yemen.