El arranque de la recuperación del dinamismo económico, previsto para el presente semestre, encuentra un obstáculo en la crisis política actual. Las inversiones en maquinarias y equipos, que normalmente se concretan en esta época del año, no se están efectuando desde el sector agropecuario debido a la incertidumbre imperante en el país, sostuvo el economista Aníbal Insfrán Pelozo, directivo de Bancop.
El ejecutivo explicó que esta situación se refleja en el incremento de los depósitos en dólares, lo que revela que los productores están prefiriendo guardar su dinero y esperar a que el panorama se torne más alentador. Entre febrero y mayo del 2019, las captaciones de recursos en moneda extranjera por parte de los bancos de plaza mostraban resultados negativos con respecto al año anterior, pero en junio reportaron una suba de 1,6% (ver infografía), según registros del Banco Central del Paraguay (BCP).
“En el sector financiero estuvimos viendo factores llamativos en esta época: los depósitos de empresas agropecuarias en general solían ser menores y se solían destinar a los equipamientos, mayores inversiones, y eso está parado, tenemos más depósitos de lo normal. (Los productores) cobraron su dinero de exportaciones y están como expectantes”, sostuvo.
MENORES EXPECTATIVAS. Insfrán Pelozo coincidió con otros analistas en que la convulsión política generada por la firma del acuerdo secreto para la contratación de energía de Itaipú, que llegó al tope de amenazar con un juicio político al presidente y vicepresidente de la República, Mario Abdo Benítez y Hugo Velázquez, constituye un ingrediente adverso más a la ya golpeada economía paraguaya. Consideró que lo máximo que el producto interno bruto (PIB) podrá crecer este año es de 1%, siempre y cuando las obras públicas sigan su curso.
“Esta incertidumbre genera la toma de decisiones negativas desde el punto de vista de inversiones: difícilmente empresas van a expandir sus procesos productivos o su producción misma, difícilmente van a contratar más gente, aunque tengan perspectivas iniciales de mayores ventas”, recalcó.
El BCP corrigió semanas atrás su proyección de crecimiento económico para este año, de 3,2% a 1,5%; con esta rebaja, el pronóstico quedó muy por debajo del 4% inicial que la banca matriz anunció en diciembre del 2018. De esta manera, el PIB paraguayo tendrá la expansión más reducida desde el 2013, pues en 2012 fue la última oportunidad en que había registrado un resultado menor: una retracción del 1,2%.
La sequía que afectó fuertemente a la producción sojera en la campaña 2018/2019 y a la generación de energía eléctrica de las binacionales, las inundaciones que generaron problemas a la ganadería y los efectos del deterioro de las economías de los países vecinos en el comercio de frontera figuran entre los elementos que llevaron a la caída del dinamismo en el primer semestre del año. A esto se sumó la ralentización de las obras públicas, como consecuencia del cambio de Gobierno.
Las exportaciones reportaron una merma de 9,8% al cierre del primer semestre del año, mientras que las importaciones cayeron 7,7%. Mañana, el BCP publicará la evolución del comercio exterior a julio del 2019.