Las consecuencias de publicar fotografías de los menores o datos sobre los colegios a los que acuden, las actividades que realizan o sus horarios pueden ser graves, ya que detalla a los posibles secuestradores las rutinas familiares, advierte la SNNA.
El material insta a los padres y encargados a supervisar las publicaciones que los propios menores comparten en las redes y enseñarles a no contactar con personas extrañas; también pide poner énfasis en el acompañamiento de los niños y adolescentes para evitar que estén solos.
Por otro lasdo, los colegios y profesores también deben estar informados de las personas que retirarán a los estudiantes al final de la jornada, para evitar que se vayan con extraños o adultos no autorizados, complementa.
La institución pide a los padres que sean ellos los que atiendan el teléfono en casa y controlen el número entrante, así como su prefijo.
Por último, es importante denunciar en la Policía si reciben una llamada extorsiva y cortar la comunicación si se recibe este tipo de amenazas, señala el documento.
extorsión. Las recomendaciones salen tras el supuesto rapto de un menor de 12 años en el Gran Asunción, al que, según los investigadores, un interno de la penitenciaría de Emboscada llamó por teléfono e hizo creer que habían secuestrado a su madre.
En esa comunicación, el preso hizo salir al menor de su casa con joyas y dinero, con lo que debía pagar para que liberaran a la madre, y que le fueron sustraídos por alguien sin identificar.
Mientras el niño deambulaba a unas cuadras de su casa, el chantajista llamó al padre para decirle que habían secuestrado al menor y pedirle un rescate. El padre habría pagado Gs. 5 millones.