“Lo que comemos y bebemos puede afectar la capacidad de nuestro cuerpo para combatir infecciones”, afirma la licenciada Claralina Mendoza, nutricionista y tecnóloga de alimentos de la Dirección de Vigilancia de Enfermedades Crónicas No Transmisibles del Ministerio de Salud Pública.
Mendoza sugiere evitar alimentos muy calóricos, disminuir la cantidad de sal, reducir las grasas y aceites, limitar la ingesta de azúcar y evitar el consumo excesivo de alcohol.
Asimismo, pide cuidar las porciones y moderar la ingesta de dulces, budines, panetón, chocolates en barra y en taza, postres (helados, dulces y bebidas gaseosas), al igual que los platos elaborados a base de carnes, salsas y mayonesa.
La nutricionista revela que la cena de estas fiestas puede significar un consumo aproximado de 4.000 calorías si no se tienen en cuenta las porciones de lo que se va a consumir.
Los excesos alimentarios pueden generar problemas gastrointestinales y hasta un abrupto aumento de peso. Refiere que la alimentación diaria no debe exceder las 1.500 a 2.000 calorías.
Advierte que el consumo de bebidas alcohólicas puede agravar aún más la situación, ya que el nivel de calorías será mayor.
OBESIDAD. “No podemos olvidar que al hablar de aumento en la obesidad, la diabetes y la hipertensión estamos hablando de un mayor riesgo para hacer frente a este enemigo nuevo que resultó ser el coronavirus”, resaltó, por su parte, la coordinadora del área ambulatoria de Nutrición del IPS, Estela Servín.
Agregó además que preocupa de sobremanera el aumento de peso en niños en quienes después de analizar su ingesta se pudo concluir que aumentaron el consumo de alimentos preparados o industrializados como las galletitas, golosinas, jugos artificiales. También en el consumo general de lácteos, picoteos y con esto el ingreso a un círculo vicioso de ansiedad y hambre emocional.
Como recomendaciones para estas fiestas en tiempo de Covid-19, sugiere usar utensilios propios, recurrir por ejemplo a una decoración navideña para personalizarlos. Si el tiempo colabora se recomienda poner la mesa al aire libre.
Mantener el núcleo familiar y recordar el lavado de manos, distanciamiento físico más uso de tapabocas para cuidar a los más vulnerables.
También es clave que se mantenga el hábito de la práctica de actividad física en estas fechas.
“Llegan las fiestas y con ellas un periodo de excesos alimentarios, por tradición vemos despliegues de variados menús familiares elaborados con mucho amor y dedicación, la comida pasa a tener un rol que no es precisamente nutrirnos, sino muchas veces es sinónimo de festejo, placer, la mesa se convierte junto al pesebre y el arbolito de Navidad, símbolos de la reunión donde nos cuidamos muy poco; y generalmente nos excedemos en la ingesta incluso llegando a atracones que pueden traernos serias consecuencias en la salud”, explicó la profesional.