Este cálculo excluye a Venezuela, donde antes de la crisis sanitaria 9,3 millones de personas sufrían de una grave inseguridad alimentaria dentro del país, además de 1,2 millones de migrantes venezolanos en Colombia y Ecuador, según datos del Programa Mundial de Alimentos (PMA).
El organismo, que actúa como el mayor brazo humanitario de Naciones Unidas, proyecta en un nuevo estudio que 270 millones de personas en el mundo tienen un acceso difícil y restringido a los alimentos básicos, frente a 149 millones a principios de este año.
RECESIÓN GLOBAL. ”Las restricciones sin precedentes a la movilidad, el comercio y la actividad económica (como consecuencia de las medidas para frenar la pandemia) están causando una recesión global y haciendo estallar el hambre”, dijo en Ginebra el portavoz del PMA, Tomson Phiri. La pandemia se ha convertido en un golpe de gracia para una situación alimentaria dramática y que desde hace cuatro años no hacía más que empeorar. Las dificultades para comer adecuadamente irán de la mano con el aumento de la pobreza extrema en el mundo y en América Latina, donde los datos más actuales señalan que este indicador pasará del 7,6% (hace un año) al 12,7% en Ecuador (en los próximos meses), del 5,5% al 9,8% en Brasil y del 10,3% al 14,3% en Colombia. EFE