Mientras en países vecinos como Brasil, Argentina y Bolivia se está vacunando a la población, en el nuestro ni siquiera se sabe cuándo. El ministro de Salud, Julio Mazzoleni, no pudo responder a las preguntas que le formularon el martes los miembros de la Comisión Permanente del Congreso, acerca de cuándo estarían llegando las vacunas al Paraguay, ni tampoco en qué cantidad.
Inicialmente Mazzoleni había indicado que ya tendríamos las vacunas en la segunda quincena de febrero, pero en su comparecencia en el Congreso dijo que eso no es seguro, ya que aún no se tienen los números cerrados para la cantidad de dosis y la procedencia de las vacunas dentro del convenio Covax, debido a que los países con mayores posibilidades económicas acaparan gran parte de la producción.
Sin embargo, eso no impide que países de nuestra región, incluso con menos posibilidades económica, ya hayan conseguido sus respectivas primeras dosis y ya estén vacunando a su población.
Ello significa que sus autoridades han sido mucho más previsoras y eficientes en gestionar la obtención de las vacunas, apelando a diversas instancias políticas y diplomáticas, mientras el Gobierno paraguayo se conformó casi exclusivamente con inscribirse en el sistema Covax, el Fondo de Acceso Global para Vacunas Covid-19, que es una alianza para intentar garantizar un acceso equitativo a las vacunas por parte de los países más pobres, pero está visto que ante la gran disputa en el mercado internacional, el acuerdo no está funcionando con la efectividad requerida y nuestras autoridades no se preocuparon en movilizarse a tiempo ante otras alternativas.
Por algo, un estudio de proyecciones de Economist Intelligence Unit (EIU), empresa ligada al prestigioso periódico The Economist en el Reino Unido, considera que el Paraguay es uno de los países pobres que más tardarán en inocular a toda la población. El informe indica que nuestro país recién alcanzará a inmunizar a la mayor parte de los habitantes contra el Covid-19 recién en el año 2023.
El Ministerio de Salud habilitó ayer su plataforma para que los trabajadores de salud se inscriban para recibir la vacuna, sin que exista todavía una fecha confirmada en que podrán recibir la dosis. A pesar de ser hasta ahora solamente una inscripción puramente simbólica, la página web colapsó en seguida, mostrando la desesperación por anotarse para la eventual inmunización.
Una vez más, el Gobierno de Mario Abdo Benítez y en especial el Ministerio de Salud exhiben un gran fracaso. Que la situación del mercado de vacunas sea particularmente difícil, debido a la crisis de la pandemia, no justifica que no se haya hecho casi nada, o se haya hecho muy poco. Las justificaciones del ministro Mazzoleni no sirven de mucho, porque la ciudadanía quiere resultados.
La pésima gestión gubernamental, que genera incertidumbre, lleva a un mayor atraso en la esperada vuelta a la normalidad y pone en riesgo la posibilidad de una pronta reactivación económica.