“Estos dos últimos no es que falten. Están dentro del llamado a licitación. Nosotros ahora hicimos una compra rápida. Pero no es esa la solución. Lo que hacemos es: recibimos la receta y le compramos. Los pacientes no dejan de recibir. Pero el mecanismo de compra es diferente, es tipo una caja chica”.
El Incán tiene en proceso una licitación con 22 ítems por un valor de G. 580.000 millones. “Mientras tanto lo que hacemos es dar lo que tenemos. Tenemos contratos plurianuales. Cuando empieza a caer el stock en un 20% a 40%, iniciamos los llamados. El consumo es tan rápido que el tiempo al final termina creando brechas”, explicó Rolón.
Añadió que la situación de carestía se acentúa con el aumento de pacientes del Instituto de Previsión Social (IPS), que acuden a la institución en busca de fármacos.
IPS atraviesa un importante desabastecimiento desde hace meses y muchos pacientes piden apoyo al Incán para continuar con el tratamiento. “Palivizumab vienen de IPS para llevar”, afirmó.
Mediante un convenio entre el IPS y el Ministerio de Salud se hace la cooperación. “En realidad nunca se recupera”, admitió.