“Hablo para tapar la boca al silencio”, la célebre frase del poeta Humberto Ak’abal corona esta mañana el Pasaje Rubio, uno de los emblemas arquitectónicos del centro histórico de Guatemala.
Entre los vítores de la gente, con el espíritu animado por los primeros rayos de sol que atraen las cervezas frías, Turcio Lima toma la palabra para clamar contra lo que Guatemala lleva clamando desde que el siglo es siglo: “No más impunidad y no más militarismo”.
Un coro de voces aplaude la proclama. Son las voces de los muertos; de los desaparecidos; de los cadáveres vivos del conflicto armado interno (1960-1996).
Porque la Huelga de Dolores, una tradición estudiantil que se remonta a 1898, es la voz de las voces que ya no tienen voz. Como la de Oliverio Castañeda, el líder estudiantil que fue violentamente acallado en 1978 y cuyas palabras repiten hoy los estudiantes de ingeniería.
Con los rostros tapados con unos pañuelos oscuros y arlequinados, los jóvenes hablan del olvido como hablan de la vida: gritando, cantando, bailando...
Varios de ellos, algo así como una docena, se adelantan hasta el Parque Central donde una multitud los aguarda ocultándose del sol tras los soportales. Del otro lado, los árboles enflaquecidos apenas proyectan una sombra oxidada.
Los jóvenes comienzan a bailar, es una coreografía bien ensayada: los movimientos son coordinados, armónicos, y la gente aplaude. Algunos pequeños tratan de imitarlos.
Miguel Cuéllar, un exalumno de derecho de esta universidad, no puede ocultar su sonrisa. Quizá le gustaría estar ahí, junto a los chicos que bailan. “Es una manera de denunciar todas las injusticias y desmanes que sufrimos a diario”, asegura a Efe mientras la primera carroza, la de Ingeniería, asoma por la esquina del Parque.
Aún quedan varias horas para que el desfile, la “sátira” contra los poderosos que Cuéllar lleva esperando todo el año, llegue hasta aquí. Pero en el parque hay cervezas, granizados y buena conversación para endulzar la espera.
“El ‘nono’, compren el ‘nono”, el periódico de los estudiantes”, vocifera una mujer entre la multitud que se agolpa en la Sexta avenida, la principal arteria comercial de Guatemala.
En la portada del “No Nos Tientes” de este 2016 los rostros del expresidente Otto Pérez Molina y la exvicepresidenta Roxana Baldetti -ambos en prisión preventiva e investigados por corrupción- comparten el pavor al escarnio con el actual gobernante Jimmy Morales.
“Es tiempo de gobernar y no de payasear, sino otra línea habremos de aperturar”, reza el diario, jugueteando con el pasado del presidente, quien era humorista y tenía un programa de televisión llamado “Moralejas”, y con el escándalo de corrupción bautizado como “La Línea” que derrumbó a su predecesor.
Porque la Huelga de Dolores, con la que se inaugura la celebración de la Semana Santa en Guatemala, es “alegría” y sarcasmo”. Como la propia vida. Es por eso que todos en el país gritan al unísono:
“Y que viva la Huelga de Dolores”.
Pablo L. Orosa