26 jul. 2025

“Hay un clima grave cuando se valida un discurso de odio hacia periodistas”

A ataques tradicionales al periodismo, se agregan el hostigamiento en línea, procedimientos judiciales arbitrarios y el crimen organizado. Hay periodistas exiliados y solo 3 países discuten una ley de protección.

27367214

Expositor. Mauricio Weibel estuvo en Asunción para un seminario sobre libertad de expresión.

FERNANDO CALISTRO

Mauricio Weibel Barahona conoce lo que significa persecución a la libertad de expresión y de prensa. Lo vivió en carne propia en 2016 cuando investigaba denuncias de irregularidades en las Fuerzas Armadas, y desde la Dirección de Inteligencia del Ejército le habían realizado seguimientos e intervenido las líneas telefónicas. La semana pasada estuvo en Asunción para hablar de los ataques a periodistas y sobre el impulso en su país de un proyecto de ley de protección a periodistas, que ya cuenta con media sanción.

–¿Qué nuevas modalidades de ataques a la libertad de expresión y de prensa se suman a las ya conocidas en Latinoamérica?

–En los últimos años, se han ampliado los tipos de ataques y agresiones a la prensa. A los más tradicionales, que son los ataques físicos, que incluye la muerte, hoy en día se añaden los ataques digitales, las agresiones en línea que se les llama. También las agresiones judiciales, o procedimientos judiciales, civiles o penales arbitrarios. También leyes que cercenan a la prensa. Creo que estamos en una situación muy compleja porque se han ampliado este tipo de agresiones, pero también porque la sustentabilidad del periodismo se ha puesto en riesgo. Hoy tenemos a medios con una crisis económica, en algunos casos, también de credibilidad, y a esto se suma toda la situación de las redes sociales y de las plataformas que hacen que estemos enfrentando muchas amenazas desde el Estado, desde los grupos del crimen organizado, de las empresas.

Además de una mayor precarización y, por tanto, debilidad de los medios.

–¿Cómo se puede afrontar esta situación que incluye campañas de odio contra determinados medios de comunicación o periodistas, sobre todo a los que hacen investigación periodística?

–No existe una solución única. Desde hace 10 años, la Unesco ha estado trabajando en una serie de iniciativas para intentar defender y promover la libertad de expresión. En el año 2012, Naciones Unidas creó el plan de acción para la seguridad de los periodistas y el tema de la impunidad. A partir de ahí, se hizo todo un trabajo masivo en preparar a los actores del sistema de justicia, es decir, a jueces, fiscales, abogados defensores.

Hoy día, hay dos grandes iniciativas que se están trabajando; por una parte, estamos impulsando en algunos países una ley de protección a periodistas, y por otra, estamos comenzando a trabajar en la construcción de espacios seguros. Por ejemplo, hay un proyecto en Centroamérica, donde estamos dando asistencia legal, asistencia sicológica, apoyo para la sustentabilidad de medios, asistencia en seguridad a los periodistas y las periodistas que están en el exilio. Actualmente, en Costa Rica, tenemos a más de 200 periodistas exiliados. La mayoría son de Nicaragua, pero también hay de El Salvador, Guatemala, Honduras.

Es una situación humanitaria muy compleja y la respuesta es múltiple. La situación es muy grave, porque los que atacan a los periodistas no es que son de un sector político, sino de todos los sectores políticos. Eso hace que el problema sea aún más complejo.

–Las organizaciones criminales transnacionales hacen más peligroso aún ejercer el periodismo. ¿Estamos ante una batalla perdida?

–Creo que no existen en América Latina y tampoco en el mundo metodologías de trabajo que funcionen 100% para enfrentar esto. Es un gran desafío que tenemos todos, como las democracias, porque el problema es que en muchos territorios el crimen organizado se convierte en la forma de gobierno e introduce una racionalidad de muerte que no tiene líneas rojas. La única salida a esto va a ser reconstruir la democracia. Para el periodismo, representa un desafío ético e institucional enorme. El periodismo de investigación, que es el que investigaría esto, se basa en una voluntad de libertad del periodista de desafiar a quien tiene el poder. En estos casos, a los que tienen un pueblo o un territorio dominado por el narco.

Igual si un medio explica cómo el presidente de un país o un legislador robó millones de dólares, eso va a tener consecuencias. Cuando los poderes son corruptos, se generan conflictos (con la prensa).

–¿Qué sucede con el periodismo de un país cuando entre quienes hostigan a los periodistas están otros periodistas, o sea, cuando tus propios colegas son los que te atacan?

–Bueno, la verdad es una situación muy triste. Hay dos formas: una, es que le hostiguen, y otra, que silencien las agresiones a los periodistas. Creo que hay un clima grave cuando tú hostigas o válidas un discurso de persecución o de odio contra un periodista o una periodista, pero también cuando guardas silencio. Quienes ejercemos el periodismo debemos tener cada vez más conciencia de la importancia de construir redes y de defender la libertad de expresión. La libertad de expresión no es un capricho de los periodistas o las periodistas, sino porque es probablemente el más importante de los derechos humanos, debido a que a través de su ejercicio pedimos el resto.

–Pero muchas veces de parte de la sociedad no existe esa comprensión del valor que tiene la libertad de expresión, en ese sentido…

–Es cierto, pero creo que a veces tenemos la suerte de que eso ocurra. Nosotros acabamos de aprobar en la Cámara de Diputados y Diputadas de Chile, una ley de protección a periodistas. Más allá del amplio apoyo, una de las cosas que más me agradaron de la aprobación, es que los discursos de respaldo fueron tanto de los partidos de derecha como de partidos de izquierda. Esto costó construirlo, es algo muy valioso.

–Lograr eso puede demandar tiempo, como sucede en Paraguay...

–Bueno, no será igual en todos los países. En algunos probablemente van a tener muchos problemas para siquiera dar el debate. Hoy los tres países que están discutiendo legislativamente esto somos Chile, México y Paraguay. Pero el resto no. El que Paraguay ya esté discutiendo el tema con base en un proyecto de ley, representa un gran paso. Hay países donde ni siquiera se va a entrar en debate. Creo que este va a ser un desafío de por lo menos 15 o 20 años.

–¿Qué propone el proyecto de ley sancionado por los diputados chilenos?

–Establece garantías del Estado respecto a prevenir, proteger y reparar en caso de agresión. Al hablar del Estado, nos referimos a los poderes Ejecutivo y Judicial, y básicamente, a la Policía. Se crean normas específicas de protección para las mujeres y los comunicadores LGTBIQ+ y se establece la creación de un mecanismo de protección.

–¿En qué ayudaría una ley así en países con democracia incipiente o instituciones cooptadas por el crimen organizado?

–La ley es una herramienta más, es un paso más, pero no es una solución. Yo, que soy creador de la ley y que la promuevo, soy consciente de esos límites. La ley no nos va a resolver la agresión a los periodistas, pero nos va a permitir que si existen estas, sean sancionadas.

Estamos en una situación muy compleja porque se han ampliado los tipos de agresiones, pero también porque la sustentabilidad del periodismo se ha puesto en riesgo.

En algunos países probablemente van a tener problemas para siquiera dar el debate (sobre una ley de protección a periodistas) En la región solo Chile, México y Paraguay lo están haciendo.

Perfil Mauricio Weibel, periodista del Centro de Investigación Periodística (Ciper). Impulsó la creación de la Unión Sudamericana de Corresponsales, y más recientemente, el proyecto de ley de protección a periodistas, en Chile. Publicó el Manual de Periodismo de Investigación de la Unesco.

Más contenido de esta sección
La senadora Lilian Samaniego reclamó que, a pesar de los pagos en efectivo habilitados, se sigan recolectando datos de los ingresantes a la Expo. Pidió acelerar la Ley de Protección de Datos y anunció la presentación de un proyecto de ley contra “exclusividad en eventos públicos”.
Santiago Peña minimizó la denuncia del sacerdote Alberto Luna que no pudo peregrinar con un cartel en mano porque la policía le impidió su paso. El jesuita pedía la reforma del transporte público, pero los agentes le amenazaron con detenerlo si continuaba con la pancarta. El presidente dijo que no hubo agresión.
Desde el Gobierno se anuncia la absorción de la Secretaría Nacional de Turismo (Senatur) por parte del Ministerio de Industria y Comercio. ¿Por qué?, ¿para qué?, se pregunta la diputada de Patria Querida, Rocío Vallejo.
Desde el sindicato del Instituto Nacional de Desarrollo y de la Tierra (Indert), señalan que los números de los títulos de tierra entregados durante este gobierno son engañosos. Las autoridades señalan que se entregaron más de 10.000 títulos. Sin embargo la cifra apenas llegaría a los 4.475 a junio.
Casos graves de violaciones, asesinatos, feminicidios, asesinatos a policías y periodistas podrán ser penalizados con la cadena perpetua gracias al proyecto de ley de Rubén Rubin. Bachi Núñez y Dionisio Amarilla anunciaron que lo apoyarán. Iniciativa será tratada posiblemente el 5 de agosto.