Explicó que la reactivación de la demanda estuvo por debajo de las expectativas iniciales, en el marco de la “cuarentena inteligente”, y que las empresas están con mucha incertidumbre respecto a la evolución de sus negocios para los próximos meses. Por ende, la inversión y la demanda de financiamiento permanecen en niveles muy bajos, reconoció.
En cuanto a los efectos de las intensas medidas de expansión del mercado que viene implementando la banca matriz desde el estallido de la pandemia, a las que calificó como inéditas, Barreto pronosticó que provocarán un realineamiento de las tasas de interés de depósitos y de créditos, especialmente en los plazos más cortos y para las empresas corporativas.
“Además, es probable que impulse una preferencia por dólares en los inversionistas. Veremos cómo se van dando estos ajustes en las próximas semanas”, agregó.
Ante la escasa efectividad que puede tener la política monetaria y crediticia como impulsora de la recuperación económica, debido a la “enorme incertidumbre” que tienen los empresarios con relación a la evolución de la actividad y el consumo, el analista aboga por una política fiscal a través de un programa de inversiones públicas en proyectos altamente intensivos en utilización de mano de obra, para generar empleo, ingresos y consumo, e impulsar así la demanda agregada.
Así mejorarán las expectativas empresariales y se reactivará la inversión privada y la demanda de financiamiento, concluyó.