18 jun. 2025

“Hay culpas compartidas en el Metrobús”

Dispuesto.  Jiménez Gaona aseguró estar abierto a buscar soluciones y a investigaciones.

Dispuesto. Jiménez Gaona aseguró estar abierto a buscar soluciones y a investigaciones.

El anterior ministro de Obras Públicas, responsable de haber adjudicado el proyecto del Metrobús a la empresa Mota Engil, indicó a radio Monumental que se pone a disposición del Gobierno, tanto para trabajar en la solución de los inconvenientes como en las eventuales investigaciones que pueda llevar adelante la Justicia sobre su administración. Acotó que los problemas en la iniciativa fueron creciendo mes a mes, una vez arrancados los trabajos, y esto desencadenó en los retrasos.

–¿Qué es lo que sucedió con el Metrobús?

–El proyecto Metrobús, más que de transporte de pasajeros, es de salud pública. La mayor parte de la inversión es para dar servicios básicos, que sobre la avenida Eusebio Ayala no existen. El mayor motivo de conflicto es la construcción de todo el sistema de desagüe cloacal, pluvial, el cambio de cañerías para dar agua potable a la zona. Es un proyecto de construcción de ciudad, que va a beneficiar a más de 480.000 personas, es una obra que no puede parar.

–¿La obra debe seguir?

–Sí, es una transformación de la ciudad. Se están haciendo obras que debían hacerse hace 70 años sobre las avenidas principales de nuestra ciudad. Creo que el Gobierno actual está por buen camino, buen trabajo con el manejo de la situación, tiene toda la información técnica y legal. Me pongo a disposición de las autoridades actuales para contribuir a construir una solución.

–Mota Engil afirma que el MOPC, bajo su gestión, no fue capaz de cumplir con todos los compromisos, como la liberación de zonas y pago de indemnizaciones.

–Hay cosas que uno quiere hacer, pero en la función pública está lo que uno puede hacer, lo que uno tiene legalmente la capacidad de hacer. Uno de los motivos principales de conflicto es el reclamo de los frentistas y, seguramente justo, que se les debía pagar por expropiaciones hechas en los años 70 y 80, por un decreto ley del presidente (Alfredo) Stroessner, que se hicieron para ampliar la avenida Eusebio Ayala y no fueron pagadas. Consultamos a la Procuraduría y nos informó que no teníamos condiciones de pagar, tampoco estaba incluido en la ley de préstamos. De entrada nos encontramos en conflictos que legalmente eran difíciles de resolver sobre un proyecto que habíamos recibido de la administración anterior, cuya ley de préstamo fue aprobada antes. A nosotros nos tocó hacer el llamado a licitación y arrancar la obra.

–¿Qué pasó después?

–Una vez arrancada la obra nos encontramos con un proyecto que requería numerosos ajustes, porque al abrir las zanjas nos encontramos con numerosos obstáculos que no estaban en los planes originales del proyecto. Es una obra difícil que ha visto a los mejores técnicos que ha podido conseguir el Gobierno de Horacio Cartes.

–¿Qué sucedió con las indemnizaciones que nunca se habían pagado?

–Las indemnizaciones requieren de un censo y de una no objeción del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para poder ser utilizadas. Esa no objeción se tuvo en estos días, sobre un trámite que empezó hace seis u ocho meses. Es para frentistas considerados vulnerables, no se refiere al pago para las expropiaciones hechas en los 70 y 80, motivo principal del conflicto con los frentistas.

–¿Hubo objeciones de Mota durante el proceso?

–Como en todas las obras, los contratistas van comunicado los diferentes obstáculos que se van generando y son resueltos por los equipos técnicos. Hemos tenido comunicaciones fluidas, en ningún momento se bajó la guardia. Nunca recibimos una amenaza de que se iban a retirar.

–¿No le preocupa tener que responder ante la Justicia?

–Como administradores del MOPC me tocó gerenciar más de 380 contratos de obras y servicios realizados a lo largo y a lo ancho del país. Soy responsable por cada una de las decisiones que he tomado y estoy dispuesto a defender y explicar en el ámbito que sea cada una de ellas. Tengo la conciencia tranquila de que he trabajado con el ánimo de construir una infraestructura pública.

–¿Cuáles son los errores que asume su administración?

–Nos encontramos con una realidad que se fue complicando mes a mes, al ir dimensionando el conflicto. Una obra que al abrir la primera zanja ya no podés frenar. Es muy difícil trabajar sobre proyectos heredados de otras administraciones. Aquí hay culpas compartidas entre todos, desde los que diseñaron el proyecto hasta los que hoy no permiten que se trabaje frente a sus propiedades. También de los que hemos administrado.