13 oct. 2025

Hallan mecanismo de las bacterias que potencia su poder patógeno

Un equipo de investigadores españoles ha descubierto un mecanismo que permite a las bacterias mantener y potenciar su capacidad patógena, un descubrimiento sorprendente que ayudará a conocer mejor el funcionamiento de estos microorganismos y a luchar contra las enfermedades bacterianas.

ciencia.jpg

Descubren un mecanismo de las bacterias que potencia su poder patógeno. Foto: scoopnest.com.

EFE


La investigación, publicada en Nature Microbiology, ha sido dirigida por Francisco J.M Mojica, profesor del departamento de Fisología, Genética y Microbiología de la Universidad de Alicante (este de España).

El estudio ha analizado cómo la bacteria intestinal Escherichia coli utiliza el sistema CRISPR-Cas, un mecanismo de defensa de las bacterias descubierto por Mojica y que inspiró la tecnología CRISPR, cuyo desarrollo le valió el Princesa de Asturias de Investigación 2015 a las investigadoras Jennifer Doudna y Emmanuelle Charpentier.

Aproximadamente la mitad de las bacterias tiene una herramienta molecular llamada sistema CRISPR-Cas que les permite defenderse contra los virus que las infectan.

“Uno de los componentes de este sistema, CRISPR, actúa como la memoria de las infecciones: Cuando un virus entra en la bacteria, ésta coge un fragmento del material genético del virus, lo guarda en CRISPR y así se inmuniza”, explica Mojica en declaraciones a Efe.

Después, con la información acumulada en las regiones CRISPR, las proteínas Cas, reconocen al invasor y lo destruyen.

Aunque se parezca al sistema inmune de los humanos, es algo único entre los seres vivos “porque para inmunizarse, la bacteria modifica su propio material genético. Eso es excepcional”.

Por tanto, “CRISPR-Cas es un sistema inmunológico con memoria que mantiene el recuerdo de las infecciones, y Cas es el elemento del sistema que, guiado por esta información, destruye al virus”.

Pero ¿por qué no todas las bacterias tienen este sistema?.

Según Mojica, que estas barreras no estén en todos los microorganismos indica que probablemente este sistema o bien tiene algún tipo de coste para la bacteria, o bien, carecer de ella le resulta beneficioso.

La mayor parte de las bacterias que no tienen CRISPR-Cas o lo tienen inactivo son patógenas, “y esto ya es una pista”, advierte.

Y es que, en algunos casos, las bacterias patógenas se benefician de la entrada de material genético procedente de otras bacterias: “Una bacteria sensible a un antibiótico, por ejemplo, puede adquirir información genética de otra bacteria resistente a ese antibiótico y, con ello, hacerse resistente también a dicho antimicrobiano”.

Si tuvieran un sistema CRISPR-Cas activo, la información sería destruida y la bacteria no adquiriría la resistencia frente al antibiótico.

Pero este intercambio de material genético también se produce con los virus. “Los propios virus no siempre matan a la bacteria: introducen su material genético en ella y se quedan durante generaciones, con ello la bacteria puede incrementar su patogenicidad y aumentar su probabilidad de supervivencia cuando infecta al huésped”.

“Un ejemplo es la bacteria de la difteria, que transmite esta enfermedad porque tiene un virus en su genoma capaz de producir la toxina diftérica, y algo similar ocurre con el botulismo...son bacterias que resultan patógenas precisamente por contener esta información vírica”, apunta Mojica.

Estas barreras protectoras que limitan la entrada de información genética, por tanto, tienen un doble efecto: defienden contra virus pero también pueden limitar la posibilidad de adquirir una información genética que las hace “más resistentes, adaptables y virulentas”.

Los investigadores han trabajado con la bacteria intestinal Escherichia coli y han visto que estos microorganismos no sólo carecen del sistema CRISPR-Cas, sino que tienen un mecanismo para no adquirirlo.

“Toda una prueba de concepto que nos está diciendo que no quieren tener este mecanismo de defensa, algo tremendo desde el punto de vista biológico”.

Para Mojica la explicación es sencilla: “para estas bacterias es más importante poder adquirir material genético -que va a potenciar su poder patógeno- que tener un sistema de defensa”.

Más contenido de esta sección
Diez años después del histórico Acuerdo de París, la diplomacia climática afronta un momento de balance y cuestionamientos en un mundo que sigue calentándose y permanece dividido por fracturas geopolíticas y económicas.
Las autoridades argentinas detuvieron a Pablo Laurta, presunto autor de los feminicidios de su ex pareja Luna Giardina y su ex suegra, Mariel Zamudio, en la provincia argentina de Córdoba, y del secuestro del hijo de cinco años que tenía con la víctima, con quien pretendía fugarse a Uruguay, su país natal.
Tras dos años de bombardeos ininterrumpidos y de lo que expertos de la ONU califican de genocidio, la guerra en Gaza llega a su fin en la localidad balneario egipcia de Sharm el Sheij, también conocida como la “Ciudad de la Paz” por ser uno de los centros de acción diplomática más relevantes de Oriente Medio.
Israel liberará este lunes, a cambio de los rehenes entregados por el grupo islamista Hamás, a 1.968 prisioneros palestinos, de los cuales 154 serán deportados fuera del país, anunciaron las principales asociaciones que representan a los presos tanto por parte de Hamás como de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
El grupo islamista Hamás entregó a la Cruz Roja los 20 cautivos en la Franja de Gaza, con lo que ya no quedan rehenes vivos en su poder, informaron los medios israelíes N12 y Ynet citando a este organismo.
El presidente francés, Emmanuel Macron, nombró este domingo por la noche el nuevo gobierno de su primer ministro centroderechista, Sébastien Lecornu, en el que destaca la entrada de funcionarios con perfil técnico en plena crisis política.