Sin embargo, los gremios aún siguen expectantes respecto al documento final que debe ser ratificado y que podría ser firmado entre ambas partes, especialmente ante el resistido anexo al capítulo sobre Comercio y Desarrollo Sustentable, que –según la UE– busca garantías de protección al medioambiente.
Héctor Cristaldo, presidente de la Unión de Gremios de la Producción (UGP), señaló que, si bien aún esperan conocer el texto final, el gremio seguirá defendiendo su postura respecto a la necesidad de proteger el desarrollo productivo de Paraguay.
“El acuerdo se viene trabajando hace 25 años y nunca se terminaba de cerrar. Esperemos la versión final; el resto es simple especulación”, expuso a ÚH.
EXPORTADORES. Hugo Pastore, director ejecutivo de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco), se refirió en los mismos términos que Cristaldo y dijo que aún se debe conocer qué fue exactamente lo que se acordó entre ambos bloques.
En tanto, no descartó que sí pueda significar algo positivo para el país en materia de exportaciones, a pesar de que en el complejo de la soja implica niveles muy bajos.
“Mantenemos la misma posición. Si esto va a servir para tener acceso a mejores mercados es positivo. Europa fue un mercado importante en el pasado, cuando ya nos era imposible llevar soja a Argentina. Hoy las exportaciones de poroto de soja a UE son cero, va algo de harina de soja. Como complejo tiene su valor, pero la clave es que esto no vaya a comprometer el desarrollo. Tenemos que ver qué es lo que realmente se acordó”, insistió Pastore.
El ministro de Agricultura y Ganadería (MAG), Carlos Giménez, también fue uno de los que se pronunciaron, y sostuvo que “es una oportunidad única para el Paraguay de atraer inversiones, fortalecer su competitividad y proyectarse al mundo con más fuerza”.
Hasta el momento, tanto la UE como los gobiernos del Mercosur aseguran que el acuerdo de asociación es un pacto “equilibrado” en el que todos salen beneficiados, con salvaguardias añadidas para proteger el medioambiente, las condiciones laborales y los medios de subsistencia de los agricultores. El acuerdo aún debe ser aprobado por el Parlamento europeo, además de los congresos de los países del bloque regional.
En el sector cárnico, las perspectivas son positivas, ya que consideran como una posible puerta a otros mercados. Mario Balmelli, de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), detalló que con el acuerdo están en juego 99.000 toneladas de carne que pueden ser exportadas a la UE desde la región, bajo un arancel preferencial. “Es un impacto a nivel de visa, por decirlo así. Cuando vos estás habilitado por uno de los mercados o el más exigente, indudablemente, eso se convierte en una visa que certifica que la producción es sostenible, ajustada a las normas de bienestar animal y que las industrias están procesando la carne con la inocuidad y la salubridad de las más exigentes normas europeas”, aseguró en radio Monumental 1080. José Carlos Martin, presidente del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa), calificó como “un hecho histórico” y dijo que desde el punto de vista comercial “es una oportunidad muy grande”, sobre todo en el sector porcino y bovino. Afirmó que servirá como antecedente para negociar acuerdos con China, EEUU, entre otros, además de conseguir mejores aranceles en otros mercados.