El salonismo vivía tiempos de cambios. Se disolvió la antigua FIFUSA (Federación Internacional de Fútbol de Salón) y apareció la AMF (Asociación Mundial de Futsal), presidida por el paraguayo Rolando Alarcón Ríos, con el acompañamiento de dirigentes de la desaparecida organización.
La Federación Paraguaya de Fútbol de Salón aceptó el desafío de albergar a 20 selecciones y llevó adelante una organización impecable llegando a ser calificado como “el mejor torneo disputado hasta entonces desde Brasil 1982”. La competencia contó con el apoyo de los municipios de Asunción (sede central), Encarnación, Pedro Juan Caballero, Minga Guazú y Concepción (subsedes).
En el plano deportivo, el seleccionado paraguayo afrontó el desafío bajo la conducción de Luis Martín Barrientos (DT) y Eladio Báez (asesor, involucrado en selecciones ya desde el primer Mundial en 1982), sumando valores de experiencia y juventud.
UNA GRAN FIESTA. La apertura se cumplió de manera simultánea en las 5 sedes el 22 de noviembre del 2003, aunque el acto central se desarrolló en el Polideportivo del Sol de América, ante un importante marco de público.
La Albirroja marchó a paso firme durante toda la competencia, sacando chapa de candidato con tres demoledores triunfos en la fase inicial. Para los cuartos de final (duelo de eliminación directa), España ofreció dura batalla, pero los guaraníes sortearon la serie por 5-3.
LA RONDA FINAL. El campeonato se definió por primera y única vez con un cuadrangular final que se jugó en Asunción en fechas de dos partidos por noches. La Albirroja inició la etapa final con una sufrida y muy festejada victoria ante Perú por 4-3, mientras que Colombia despachó a Bolivia 7-4, reeditando la final del mundial anterior.
En la ronda 2 un amplio triunfo contra Bolivia por 5-1 ubicaba a los guaraníes en las puertas del éxito, ya que Colombia se frenó con el empate ante los incaicos 2-2.
En la tercera y última fecha, el 29 de noviembre del 2003, el público colmó las gradas del polideportivo de Sol mucho antes del inicio del primer cotejo. La Avenida 5a estuvo abarrotada de gente que sin entradas, se apostó en las adyacencias del club para alentar a la Albirroja en el trascendental juego ante el campeón defensor Colombia.
Paraguay, que llegaba con ventaja al duelo decisivo (con el empate era campeón), arrollo de entrada a los cafeteros, sacando amplia ventaja con dos goles de César Riveros, dos del cañonero amambayense Alberto Benítez y uno del brasiguayo Robson Fernández, para desatar una euforia que se transformó en ansiedad, ya que el rival reaccionó y se puso a tiro de empate.
Felizmente, en medio de los nervios, la victoria alcanzó con un ajustado 5 a 4 para la conquista del bicampeonato mundial en el fútbol de salón. La noche se hizo larga y los festejos se prologaron hasta altas horas de la madrugada.
La Copa Mundial del 2003 fue perfecta para Paraguay. En lo deportivo arrasó en la competencia coronándose de manera invicta (7 triunfos en 7 presentaciones), mientras que en la organización fue un gran éxito, ya que el público hizo su parte, copando las 5 sedes del certamen.
Urbieta y Benítez, los destacados
Wilson Urbieta fue el portero con menos goles recibidos en el Mundial, mientras que Alberto Benítez fue el goleador albirrojo con 10 anotaciones.