El presidente de la Asociación Paraguaya de Soja y Oleaginosas, Karsten Friedrichsen, explicó que hasta el momento los cultivos no muestran daños por efectos climáticos, pero que entre junio y julio las plantas están aún en una etapa delicada y vulnerable a las heladas. “Si viene un frente frío a fin de mes, significaría una pérdida importante”, advirtió.
En el sur del país habrá mucho maíz en fase de maduración y una helada ya no afectará tanto, pero en áreas agrícolas de Alto Paraná, Canindeyú y Caaguazú, el fenómeno climático puede causar un gran daño.
Precios. Este desempeño productivo ocurre en un contexto en que la cotización va bajando a nivel local regional e internacional. Friedrichsen detalló que actualmente el maíz está entre USD 130 y 140 por tonelada frente a los USD 190 o USD 200 del año pasado.
Como se sembró bastante maíz, hay una perspectiva de cosecha interesante, entonces los acopiadores se sienten más confiados a diferencia del 2022, en que mostraron cierta desesperación para cubrir sus necesidades y como efecto el grano se fue valorizando. “Los compradores están más cómodos en su posición y por eso el precio está bajando”, dijo el productor.
Productividad. Aun en estas condiciones, hay un equilibrio en el mercado si se cuenta con un nivel de productividad de entre 5.000 y 6.000 kilos por hectárea, siempre que las heladas no bajen el volumen y la calidad.
Al igual que la campaña anterior, se sembraron entre 800.000 y 900.000 hectáreas, pero como esta vez se echaron las semillas más tarde, el rendimiento sería inferior.
Al igual que la soja, varios productores cerraron contratos a futuro con el maíz a precios regulares, aunque persiste el riesgo de que no pueden cumplir con sus compromisos si sus cultivos son afectados en calidad y rendimiento por las heladas.
El año pasado se habían cosechado históricamente más de 6 millones de toneladas.