“El árbol y el pesebre son dos signos que siguen fascinando a grandes y pequeños”, dijo el pontífice al agradecer las decoraciones recibidas, entre ellas un belén tradicional de Guatemala con una representación artesanal compuesta por la Sagrada Familia y tres ángeles que adornará el Aula Pablo VI del Vaticano.
Además de a Bucaro Flores, Francisco recibió también a los representantes de los municipios italianos de Sutrio (norte) y Roselló (centro), de donde provienen los otros regalos oficiales que decoran la plaza de San Pedro este año, un belén y un árbol de Navidad, respectivamente.
“En su auténtica pobreza, el belén nos ayuda a redescubrir la verdadera riqueza de la Navidad, y para purificarnos de tantos aspectos que contaminan el paisaje navideño”, explicó el pontífice, mientras que sobre el árbol destacó a la importancia que las “raíces” tienen “también para los hombres”. Ambos símbolos muestran “dos actitudes humanas y cristianas": “el árbol nos enseña las raíces y el belén nos invita a la contemplación” porque es “bueno apreciar los momentos de silencio y oración en nuestros días, a menudo abrumados por el frenesí”, añadió.
La inauguración oficial estuvo encabezada por el presidente de la Gobernación del Estado de la Ciudad del Vaticano, el cardenal español Fernando Vérgez Alzaga.
El belén guatemalteco adornará el aula Pablo VI, una de las principales y más amplias salas del Vaticano, con un nacimiento decorado con amplias telas de colores, donde predominará el dorado, y con estatuas de madera que han realizado los artesanos locales respetando en todo momento la tradición del país centroamericano. En cuanto al nacimiento de la plaza de San Pedro, es íntegramente de madera de cedro, con una semiesfera a modo de gruta donde se exhibe la Sagrada Familia, alrededor de la cual están los personajes de tamaño natural “esculpidos a mano”, indicó el Vaticano.