28 abr. 2024

Francia, ante la “madre de todas las reformas” con las pensiones

El gobierno del presidente liberal Emmanuel Macron debe anunciar este martes sus planes para retrasar la edad de jubilación en Francia, un proyecto calificado de “madre de todas las reformas” y que augura protestas masivas.

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Peatones pasan junto a una pancarta con retratos de la primera ministra Elisabeth Borne, el presidente Emmanuel Macron y el ministro de Trabajo Olivier Dussopt en la que se lee “no a las pensiones de los muertos” durante una concentración organizada por el sindicato Force Ouvriere (FO) contra el plan de reforma de las pensiones del Gobierno en Rennes, oeste de Francia, el 10 de enero de 2023.

AFP.

“Si Emmanuel Macron quiere llevar a cabo su madre de todas las reformas (...), para nosotros será la madre de todas las batallas”, advirtió días atrás el jefe del sindicato Force Ouvrière (FO), Frédéric Souillot.

La primera ministra, Élisabeth Borne, será la encargada de detallar el plan en una rueda de prensa a partir de las 17H30 (16H30 GMT), si bien todo apunta a un retraso de la edad de 62 a 64 años, y no a 65 como quería Macron.

Pese a ser un retraso menor, la reforma no acaba de convencer a los sindicatos. Las ocho principales centrales deben decidir este martes una primera fecha de protestas, con el 19 o el 24 de enero en las quinielas.

“Volvemos a lo que conocieron nuestros mayores. Después del trabajo llega la tumba”, denunció Philippe Martinez, de la CGT. Una cuarta parte de los hombres más pobres mueren a 62 años de media, según el instituto de estadística Insee.

Aunque el objetivo era desvelarlo en diciembre, el gobierno decidió aplazar el anuncio en enero para que Borne tuviera tiempo para discutir con los actores sociales y los partidos e intentar garantizarse una mayoría parlamentaria.

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Sus esperanzas están puestas en el tradicional partido de derecha Los Republicanos (LR), que controla el Senado y con el que el presidente centrista alcanzaría la mayoría absoluta que perdió en junio en la Asamblea (cámara baja).

“La situación presupuestaria, demográfica y económica exige esta reforma”, dijo el fin de semana al diario Journal du Dimanche el jefe de LR, Éric Ciotti, quien pidió no obstante “una reforma justa”.

El gobierno no descarta recurrir al polémico procedimiento parlamentario, conocido como 49.3, que le permite adoptar una ley sin someterla a votación. La única manera de frenarla es aprobando una moción de censura.

En cualquier escenario, LR se anuncia clave. Frente al oficialismo, el frente de izquierdas Nupes y la ultraderechista Agrupación Nacional de Marine Le Pen, primer partido de oposición, ya anunciaron su rechazo a la reforma.

“La reforma de las pensiones propuesta por el gobierno es dura y muy violenta”, dijo este martes a la televisión France 2 el líder de los comunistas, Fabien Roussel, para quien el plan “castigará” sobre todo a los obreros.

¿Hacia otra crisis social?

En su discurso de Año Nuevo, Emmanuel Macron defendió que la reforma busca equilibrar la caja de las pensiones, que registraría un déficit por el aumento de la esperanza de vida, y proteger su sistema redistributivo.

En Francia, los trabajadores en activo pagan las pensiones de los jubilados. Actualmente, por cada francés mayor de 65 años, hay 2,6 entre 20 y 64, cifra que descenderá a 2,25 en 2030 y a menos de 2 en 2040.

En lugar de 65 años, el gobierno abogaría así por un retraso a 64 años, acompañado de una aceleración de la ley de 2014 que estipula un aumento de la duración de cotización a 43 años para cobrar una pensión completa.

La edad de jubilación en la segunda economía de la Unión Europea (UE) es una de las más bajas de Europa y, de salir adelante la reforma, Francia se acercaría a los 67 años adoptados o en vigor en Alemania o Italia.

Pese a ser una realidad en países vecinos, una mayoría de franceses rechazan un retraso de la edad de jubilación: un 54% se opondría frente a un 44% favorable, según un sondeo de Harris Interactive publicado el 2 de enero.

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Incluso un 68% sería partidario, según otro sondeo de Ifop de enero, de volver a la edad de 60 años instaurada por el presidente socialista François Mitterrand en 1982 y a la que el conservador Nicolas Sarkozy puso fin en 2010.

Aunque algunos observadores temen un estallido de ira popular como los “chalecos amarillos”, que golpearon el primer mandato de Macron e impulsaron su imagen de “presidente de los ricos”, también apuntan a un cansancio general.

“No veo que se produzca otra crisis de los ‘chalecos amarillos’”, dijo el politólogo Bruno Cautrès a la AFP, apuntando a un ánimo nacional de “pesimismo”, en plena inflación por la guerra en Ucrania y tras años de pandemia.

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