“Guillermo Duarte mantuvo una relación con Teresa Lichi, eso es categórico, también era una persona extremadamente obsesiva y celosa en su relación con ella. Era una persona que no la dejaba en paz, por más que su relación finalizó a principio de este año”, explicó el fiscal que tiene a su cargo la investigación del crimen.
Agregó que la comunicación entre ellos se mantenía habitualmente hasta el 17 de abril, día de la desaparición de Teresa Lichi. Esa fecha se corta la conversación entre ellos y por más que la familia le preguntó qué sabía de la joven ya no se registraron mensajes ni llamadas del mismo.
Según comenta el fiscal Federico Delfino, el sospecho también cae en contradicciones porque durante su declaración el abogado Duarte señala que ese 17 de abril no salió de su casa, pero de acuerdo al análisis preliminar de la Policía Nacional, dice que es mentira al indicar que efectivamente ese día estuvo realizando transacciones en un banco y estuvo por la ciudad de Ñumi.
“Otro hecho más grave es que un chip que estaba a nombre de Tere, luego de su desaparición se introduce dentro del teléfono del imputado y que a través de eso se llega a él en un primer momento por el tema de privación de libertad”, explica a la emisora 780 AM.
Cuando se le consulta sobre el chip, dice que mordió y tiró cerca de una estación de servicio. Posteriormente dice en unas entrevistas con intervinientes que ese chip debe estar guardado en su ropero o se habrá caído en el auto “que hacen caer a esa persona en contradicciones”, asevera Delfino.
Finalmente expresa que existen suficientes elementos de sospecha que hacen notar que Guillermo Duarte tuvo algo que ver en el homicidio de Teresa Lichi, por lo que se procedió a su imputación, indicó.
Médicos Forenses del Ministerio público y de la Policía Nacional confirmaron que el cráneo hallado en una propiedad ubicada cerca del domicilio del sospechoso son de la joven que se encontraba desaparecida hace más de 100 días.