Para el sicólogo Christian Méndez, los niños y niñas tienen su primer contacto con otros cuando van a la guardería o al jardín; entorno fuera del círculo familiar, que se convierte en un espacio de encuentro con sus pares en el que interactúan y dialogan.
“Es ahí donde empieza a moldearse muchas de las habilidades que se van aprendiendo en la casa. Se aprende con la interacción, es decir, cuando mamá y papá interactúan con los hijos, esos mismos comportamientos los van reproduciendo”.
El seno de la familia es el primer espacio de aprendizaje, cuyas acciones se replican en los otros entornos, como el afecto, la independencia, la socialización, señaló.
Los chicos que tienen mejor habilidad social –porque tienen un mejor ambiente familiar, donde reciben más atención, hay más diálogo, hay como mucho afecto– son los que más amigos logran cosechar.
“Como el afecto es como un enganche tan fuerte, entonces son los que más amigos tienen, son a los que más se les quiere, son los que más llaman la atención. Son los que socializan más generalmente”. A los demás, les cuesta más fomentar la amistad debido a ese entorno carente de afecto.
A veces, se cree que los hijos únicos no saben hacer amigos, pero pese a estar solos, generalmente tienen en su círculo a primos o vecinos que están en su rango de edad y son de buena compañía.
El Día Internacional de la Amistad se celebra mañana en el país y la propuesta nació hace 66 años con la cruzada de la amistad liderada por el médico Ramón Artemio Bracho en Puerto Pinasco, Presidente Hayes.
Fomentar la amistad. El sicólogo Christian Méndez recomienda que lo esencial es nunca forzar las cosas porque cada niño o niña tiene su ritmo y su proceso para cultivar la amistad.
“Hay padres que son muy acelerados. Entonces tienen un montón de actividad aleatoria entre deporte, música, idiomas y demás, lo cual está bien en sí, pero les da mucha ansiedad y no saben manejarla. Los padres quieren resultados positivos para ayer, que tengan la mejor nota, que manejen el mejor idioma, que jueguen de titular, que saquen su primera medalla. Entonces se enfocan tanto en el resultado que se olvidan del proceso, entonces les aceleran demasiado a los chicos”.
El sicólogo insta a darles a los niños independencia, posibilidad de perder, de equivocarse, si no terminan siendo adultos muy culposos y con relaciones truncadas, violentas y que les hacen mal.
Aconseja también cosechar el afecto con los hijos, porque finalmente esto les da seguridad.
Es importante la amistad en la niñez porque finalmente eso repercute en la vida adulta. “La gente adulta habla mucho de la independencia. Más que la independencia es cómo vos te regulás con las personas cercanas, ya sean amigos, ya sea pareja. Todo se va moldeando en la niñez. Por eso no es muy extraño ver que chicos adolescentes y demás tienen tan buenos círculos, amigos tan buenos y parejas tan estables. Porque son muy independientes emocionalmente y saben manejarse. Saben dónde es y saben dónde no es”.
Incluso, cuando los niños no son tímidos o cobardes, saben cómo vincularse con las personas y finalmente de adultos, saben alejarse de las personas si hay señales de violencia o agresión. “Hay niños que no tienen buenas habilidades sociales por el poco contacto familiar, entonces están con amigos que no les hacen muy bien. Por tanto, un patrón constantemente que se va repercutiendo. Por eso, el afecto es tan importante en la primera infancia”.