Un total de 12 de los fugados fueron recapturados por las autoridades, la mayoría en alrededores de la ciudad de Pedro Juan Caballero, frontera con Brasil.
“La hipótesis es que (los prófugos) siguen en territorio paraguayo”, dijo este martes el ministro del Interior, Euclides Acevedo.
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Tras la fuga, el Gobierno admitió que ella fue posible por la corrupción del sistema penitenciario y a fallos de inteligencia, ya que en diciembre el Ministerio de Justicia había alertado de un plan de fuga en la cárcel de la capital de Amambay.
Un total de 32 funcionarios penitenciarios del centro de reclusión fueron detenidos e imputados por los delitos de liberación de presos, frustración de la ejecución penal y asociación criminal.
El PCC, que tiene también “soldados” paraguayos en su filas, cuenta en la fronteriza Pedro Juan Caballero con una de sus principales zonas de operaciones, donde controla actividades ilícitas como el tráfico de drogas y de armas, según las autoridades.
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Al respecto, Acevedo dijo a los periodistas que se trata de un fenómeno cuya erradicación requiere de la cooperación internacional y de reformas en el sistema penitenciario.
Brasil cooperará en construcción de cárcel
En ese sentido, el ministro agregó que Brasil cooperará en la construcción de una cárcel de máxima seguridad para tener aislados a integrantes del PCC y de otros grupos del crimen organizado del resto de reclusos.
“Brasil está en condiciones de cooperar con nosotros en el sentido de enviarnos proyectistas y empresas encargadas de diseñar y construir cárceles de alta seguridad para este tipo de internos. En un plazo de 6 meses a un año se puede tener una cárcel de alta seguridad para estas personas”, dijo Acevedo, citado en un comunicado del Ministerio.
Fundado en 1993 durante una rebelión en una cárcel de Sao Paulo, el PCC ha expandido en los últimos años su actividad al tráfico de drogas y armas, especialmente en las regiones fronterizas, y también al rentable robo de cargas y contrabando de combustible.