Raúl Cortese
ENCARNACIÓN
Abatida y al borde del llanto, la madre del joven que fue abusado sexualmente por el sacerdote Félix Miranda abandonaba ayer la reunión que había mantenido a primeras horas de la mañana con el obispo de Itapúa, Francisco Pistilli, en las oficinas del Obispado de la ciudad de Encarnación. A la autoridad religiosa le entregó la carta escrita por ella, dirigida al papa Francisco. La madre detalla en la misiva todo lo acontecido con su hijo, de cómo el sacerdote lo engañó y se aprovechó del joven.
“Es mi última esperanza (la carta al Papa). Este es un degenerado que robó la felicidad a mi familia y la inocencia a mi hijo”, lamentó en una breve nota realizada con ella al abandonar la sede del Obispado.
“Vivimos en nuestro pueblo permanentemente amenazados; mi hijo hace meses no va más al colegio, no sale de casa. Lo nuestro ya no es más vida”, dijo en su amargo relato.
En diálogo con el obispo Pistilli, el mismo se mostró muy preocupado por las manifestaciones como incidentes que ocurren en estos días por parte de un grupo de manifestantes, simpatizantes del sacerdote condenado.
“Es una vergüenza. No podemos creer que el juez Zorrilla haya tomado a todos los testigos y a mi hijo por mentirosos; que todo de lo que se le acusa al degenerado ese sea una mentira. Realmente ha sido una sorpresa indignante lo ocurrido”, manifestó la mujer.
FUNDAMENTOS. Esta mañana se dará lectura a la sentencia para que quede firme y ejecutoriada.
La Fiscalía había adelantado que dicha sentencia sería apelada, ya que había solicitado cinco años de condena para el sacerdote; sin embargo, en fallo dividido, el tribunal lo sentenció a dos años de prisión con suspensión a prueba de la condena, imponiéndole una multa de 5 millones de guaraníes que debía donar al Hospital Regional de Encarnación. Pero el director del hospital salió al paso, rechazando la donación por tratarse de “dinero sucio”.
Rubén Moreno, fiscal del caso, mencionó ayer, en Va con Onda (por Monumental), que la víctima tenía 13 años en 2015, cuando comenzaron a ocurrir los hechos. “Se volvió rebelde a la madre y ella recurrió al sacerdote”, dijo, explicando que en el interior se les tiene mucho respeto, mucha estima, a figuras como el sacerdote, el comisario, el juez. Así, la madre llegó junto al cura y puso a su cargo al hijo rebelde, para orientarle por el buen camino, “que sea religioso, que sea espiritual”, según el deseo de la madre.
El hecho comenzó a darse en las primeras semanas, los primeros tocamientos, y “al cumplir los 14 va a más de eso”, refirió Moreno.