El monumento, realizado en arcilla y bronce por la escultora Cristina Mota, muestra al músico a los 33 años, caminando y cargando una guitarra sobre el hombro derecho y está ubicado en el malecón que se eleva sobre el Arpoador, como se conoce uno de los extremos de la playa de Ipanema.
La ceremonia contó con la presencia de autoridades locales y familiares del autor, considerado como uno de los fundadores de la bossa nova y quien, junto al otro gran patriarca de la música brasileña, Vinicius de Moraes, compuso algunas de las canciones más icónicas de este país.
Varias músicas del repertorio de Jobim, entre ellas “Garota de Ipanema”, “Desafinado”, “Samba do Avião” o “Chega de Saudade”, otra obra maestra considerada como la iniciadora de la bossa nova, fueron interpretadas al borde de la playa por el sexteto Terra Brasilis, escogido por la familia del compositor para la ceremonia.
La viuda del compositor, Ana Jobim, dijo a Efe que este homenaje supone “un día especial y triste” y valoró que la música creada por Jobim permanecerá en el recuerdo de los brasileños.
“Es siempre emocionante y creo que su recuerdo es algo que nunca se apagará del corazón de las personas, de los brasileños, de los cariocas”, afirmó la viuda.
Maria Luiza Jobim, hija del autor, dijo que su padre “eternizó mucho la música carioca y brasileña por el mundo” y ahora, con la estatua la familia recibió este homenaje “de vuelta”.
Otro hijo de Jobim, Paulo, elogió el lugar escogido para colocar la estatua, puesto que su padre pasó su infancia en Ipanema y solía bañarse y pescar en el Arpoador.
Antônio Carlos Brasileiro de Almeida Jobim, conocido como “Tom” Jobim, nacido en Río de Janeiro en 1927, fue pianista, cantante, guitarrista y uno de los compositores brasileños más importantes de todos los tiempos.
Durante los 40 años de actividad artística compuso más de 400 temas que han sido interpretados por los máximos cantantes brasileños y figuras internacionales de la talla de Frank Sinatra, Ella Fitzgerald y Sting.
Su mayor éxito fue la “Garota de Ipanema”, cuyos acordes compuso junto a Vinicius en la terraza del bar Veloso, en la antigua calle Montenegro, rebautizada Vinicius de Moraes, en el corazón del barrio de Ipanema.
Tom Jobim falleció en Nueva York el 8 de diciembre de 1994, a los 67 años, por un paro cardiaca mientras se trataba de un cáncer de vejiga.
