El representante diplomático de Israel en el Uruguay y concurrente ante el Paraguay visitó la semana pasada por segunda vez Asunción. Tomó contacto con varias autoridades nacionales y empresarios. En 2018 Israel cerró su Embajada en Paraguay en represalia al hecho de que el Gobierno (Mario Abdo Benítez) restableció la sede de su Embajada en Israel a la ciudad de Tel Aviv, cuatro meses después de que el anterior mandatario, Horacio Cartes, la mudara a Jerusalén y con ese gesto reconociera oficialmente a esta ciudad como la capital israelí, una decisión opuesta a las recomendaciones de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Reabrir la Embajada en Asunción, por ahora, no será posible, dice el embajador Magen. Pero asegura que la relación y cooperación con Paraguay están restablecidas y ellos “con la vista hacia adelante”.
–¿Permanece el encono de parte de Israel hacia el Paraguay por el hecho de que en 2018 había mudado su embajada de Tel Aviv a Jerusalén y, 4 meses después, la devolvió a su sede original?
–Lo que pasó, pasó. Ya pasaron tres años y nosotros estamos con la vista hacia adelante. Queremos seguir así. Las relaciones entre ambos países ya se retomaron hace dos años con mi llegada y presentación de credenciales al presidente. La idea fue restablecer la cooperación, como la tuvimos durante muchos años. No es tan fácil, sin tener aquí una embajada, pero aún así, tratamos de mantener los niveles de cooperación que hemos tenido antes.
–¿Esa cooperación de tres años atrás está totalmente restablecida?
–Sí. Tiene dificultades que no tienen absolutamente nada que ver con Paraguay, sino con Israel. Por la situación política en Israel, no tuvimos presupuesto durante muchos meses, por lo tanto, no pudimos realizar ninguna actividad ni aquí ni en otros países. Luego vino la pandemia, entonces nos enfocamos en otros temas. Pero sí tratamos de restablecer los niveles de cooperación que hemos tenido. Paraguayos siguen participando de cursos en Israel. En el último año, de manera virtual, pero eso sigue. Ahora, es un poco más difícil, cuando no hay embajada. Tratamos de hacer lo mejor que podemos.
–¿Qué ponderación otorgan a la intención del Gobierno de Mario Abdo Benítez reiterada ahora de abrir una oficina comercial en Jerusalén, tras la crispación que produjo la restitución de la embajada a Tel Aviv?
–El presidente tomó una decisión hace dos años, cuando me reuní con él por primera vez, de abrir una oficina comercial. Nosotros entendemos muy bien que debido a la pandemia, eso no se pudo materializar. En la reunión que tuvimos esta vez, me reafirmó que el compromiso está y él lo va a hacer.
Para el pueblo judío, Jerusalén es algo simbólico, significativo, algo que está dentro de nuestro corazón. Es sumamente importante que los países reconozcan que Jerusalén es la capital de Israel y por eso nosotros enfatizamos con nuestros amigos en el mundo que quisiéramos ver sus representaciones en Jersusalén. Algunos países ya movieron sus embajadas, otros ya abrieron oficinas comerciales. Por ejemplo, de América Latina, Guatemala tiene una embajada, Honduras una oficina comercial y va a trasladar la embajada a Jerusalén. Brasil y Colombia tienen oficina comercial. Estados Unidos, una embajada, y esperamos que pronto Paraguay también tenga su oficina comercial en Jerusalén. Hay otros países que están analizando el tema y esperemos que veamos en los próximos meses más movimiento hacia Jerusalén.
–Pero estas iniciativas no alteran la posición internacional asumida en la ONU con respecto a la disputa que hay con los palestinos sobre el Este de Jerusalén.
–A ver: Nosotros somos un país soberano y tenemos el derecho de decidir cuál es nuestra capital. Jerusalén ha sido la capital de Israel desde hace más de 3 mil años. Nunca, nunca en la historia fue capital de ningún otro pueblo o país. Incluso cuando los árabes dominaron la parte Este de Jerusalén, desde el año 48 hasta el 67, nunca declararon esta parte como la capital del Estado. Siempre va a seguir siendo nuestra capital, diga o no diga Naciones Unidas. Jerusalén para Israel y para los judíos no está sujeta a negociaciones.
Para nosotros siempre seguirá siendo nuestra capital. Esto no es algo negociable. Claro, entendemos que los palestinos quieren su parte. Actualmente ellos no son socios para la paz. Nosotros sentimos que los palestinos no tienen el liderazgo hoy día para avanzar hacia la paz. No tienen lo que se necesita para tomar decisiones difíciles y, por lo tanto, actualmente no hay diálogo político, no hay negociaciones con los palestinos.
–En tales condiciones la paz se ve mucho más lejos aún
–Bueno, muy lejos, no. Hace pocos meses firmamos acuerdos de paz con varios países árabes. Durante años los palestinos mantuvieron de rehén a los países árabes para sus caprichos. Decían que hasta que ellos no resuelvan lo suyo con Israel, no atiendan sus demandas, los países árabes no podían avanzar con Israel. Este paradigma cambió.
Hace 8 meses Israel pudo firmar acuerdos de paz con tres países árabes (Emiratos Árabes Unidos, Bahrein, Sudán).
De manera que hoy ya abrimos embajadas y consulados en esos países, ya hay un intercambio muy importante de turistas. En tiempos de pandemia hay 23 vuelos semanales a los Emiratos Arabes, miles de israelíes ya han visitado en tan poco tiempo a este país. Ya hay embajadores en Israel y allí. Y ahí vemos los frutos de la paz. Cuando se dice “no habrá paz”, con estos países ya tenemos paz, y vamos a seguir haciendo todo lo posible para alcanzarla con todos aquellos países que no tienen paz con nosotros.
El tema de los palestinos es aparte. No es “si no podemos negociar el tema Jerusalén no habrá paz”. Vamos a seguir dialogando con todos aquellos con quienes no tenemos relaciones diplomáticas, para romper esa barrera que, creo, ya se rompió.
Los palestinos en algún momento van a tener que decidir si ellos quieren seguir viviendo así o si quieren avanzar con Israel, sin precondiciones.
–¿Esperan que esa brecha que están abriendo con esos acuerdos de paz y de relacionamiento diplomático con varios países árabes, produzca algún impacto en la ONU con respecto a las resoluciones adoptadas sobre el conflicto israelo-palestino?
–Pienso que lo importante es lo que sucede en el terrreno entre Israel y esos países que mencioné. Tiene que ver con cómo implementamos esos acuerdos de paz, cómo los llenamos de contenido, de intercambio comercial. A propósito, hay inversiones mútuas, empresas israelíes que ya están haciendo negocios con estos países árabes y empresas árabes que ya están invirtiendo en Israel. Esto es la paz. Lo que sucede en Naciones Unidas donde algunos levantan el dedo y dicen: “Critico, condeno a Israel por esto y lo otro”, lo siento: la realidad es otra. Mucho de lo que dicen esas resoluciones antiisraelíes no tienen que ver con la realidad. Este tema seguirá siendo secundario a la realidad que vivimos con los árabes.
–¿Qué compromisos se lleva tras el contacto con las autoridades paraguayas?
–De que las relaciones entre Paraguay e Israel seguirán siendo buenas. Que la cooperación seguirá floreciendo de la manera posible, aún pese a la pandemia. De que Paraguay es un gran amigo. Es la segunda vez que vengo y siento que es un país que quiere a Israel. Lo siento en la gente con quienes hablo, lo siento con los ministros con quienes me reúno. Tienen algo especial los paraguayos hacia Israel, nunca olvidaremos el rol tan importante que tuvo el Paraguay en 1947 en Naciones Unidas (inicio del proceso del Estado de Israel). Eso lo apreciamos mucho y, por lo tanto, Israel también seguirá siendo muy amigo de Paraguay, sobre todo en temas de cooperación. Yo salgo de aquí muy animado.
–¿Cuándo reabre Israel su embajada en Asunción?
–El tema está constantemente sobre la mesa. El problema es únicamente presupuestario. Sobre todo ahora que tuvimos que abrir 5 embajadas y consulados en países árabes y eso pesa en el presupuesto. Se lo hemos comunicado a las autoridades aquí de que lo estamos analizando, pero debido a los recortes y a la situación, actualmente no es posible.
Esperemos que sea más fácil hacerlo más adelante.
–¿Cómo logró Israel asegurar las vacunas anti-Covid e inocular a su población ya desde diciembre y con tal celeridad que ha retornado a la normalidad?
–Creo que hay una combinación de elementos que facilitaron y ayudaron mucho a que Israel pudiera luchar de esta manera contra la pandemia. Antes de la vacunación, nosotros estuvimos ahí en la lucha. Hubo un esfuerzo nacional que abarcó al Gobierno, a la empresa privada, a las empresas públicas. Cada uno aportó por su lado y pudimos desarrollar drogas, aplicaciones y tecnologías que ayudan en la lucha contra la pandemia. Ahora estamos desarrollando una vacuna propia. El tema de las vacunas se dio de esta manera: Casi todas las empresas grandes de medicina tienen su centro de investigación y desarrollo en Israel. Pfizer, por ejemplo, y hay excelentes vínculos entre los prestadores de servicios de salud y esas empresas, desde hace muchos años. Así que el acceso fue fácil. Además, hubo muchísima insistencia por parte de nuestro primer ministro y de empresas israelíes que tienen relaciones comerciales con los laboratorios.
–Son ventajas y condiciones muy particulares las que menciona…
–Exacto, un vínculo fluido entre las partes. Una vez asegurada la cantidad necesaria de dosis, hay que entender que Israel es un país que nació a la crisis. Vivió toda su vida en un estado de emergencia, eso obliga a desarrollar instituciones que lo que hacen es enfrentar crisis constantemente, que reaccionan con eficiencia ante un estado de emergencia. O sea que lamentablemente estamos acostumbrados a vivir un estado de emergencia y tenemos las instituciones que responden a estas.
Por eso fue todo tan bien organizado y reaccionaron rápido y pudieron vacunar rápidamente tanta gente. Nosotros pudimos vacunar hasta el 2.2% de la población por día. No quiere decir que todos los días alcanzamos ese porcentaje, pero fue el máximo al que se llegó. Es decir, hasta 210 mil en un día.
El Ejército prestó servicios, tiene unidades preparadas para ello. Por ejemplo, cuando hay un atentado contra civiles israelíes, el Ejército es el que actúa inmediatamente para responder con eficiencia y rapidez para encargarse de los heridos. A la hora de la pandemia esto nos ayudó considerablemente y esta es la razón, a mi juicio, de que Israel sea el primer país y hasta el momento el único que pudo superar la pandemia.
–¿Qué lecciones va dejando la pandemia en cuanto a relaciones internacionales considerando que hay una guerra por las vacunas?
–Habría que estudiar qué lecciones. Yo he visto solidaridad entre los países. Pero obviamente cada país prioriza a su población, se preocupa primero por su gente. Cada quien con sus capacidades y sus posibilidades. Creo que no hay un modelo a seguir.
Las condiciones en Israel son totalmente diferentes y no hay que olvidar que desde diciembre hasta marzo, tuvo una ola de contagios muy mala y grave. Fallecieron más personas en esos 3 meses que en los 9 anteriores, y eso, estando en plena campaña de vacunación que empezó en diciembre.
entrevista a Yoed Magen, embajador de israel concurrente ante el Paraguay
Lo que pasó, pasó. Sobre la apertura de una oficina comercial en Jerusalén, en la reunión que tuvimos esta vez con el presidente, me reafirmó que el compromiso está y él lo va a hacer.Seguiremos haciendo todo lo posible para alcanzar acuerdos con todos aquellos países que no tienen paz con nosotros. Los palestinos no tienen hoy el liderazgo para avanzar hacia la paz.
Israel es un país que vivió toda su vida en un estado de emergencia y desarrolló instituciones para enfrentar crisis. Yoed Magen. embajador de Israel.
