La ceremonia oficial, presidida por los reyes de España, Felipe VI y Letizia, empezó a las 11:15 GMT en la Galería de las Colecciones Reales, un museo al lado del Palacio Real, en el centro de la capital española.
La fecha de los atentados dio pie a la instauración del Día Europeo de las Víctimas del Terrorismo, y el acto estaba organizado por la Comisión Europea.
“Quien haya conocido de cerca aquella manifestación extrema de violencia jamás podrá olvidarla, como nunca lo olvidarán ciudades como Nueva York, como Londres, París, Oslo, Barcelona, Niza, Bruselas y tantas otras”, dijo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el discurso que abrió la ceremonia.
Fue “un día que fracturó nuestras vidas de forma irreparable”, aseguró, por su parte, Ana Cristina López Royo, quien perdió a su marido en los atentados de Madrid, y que era una de las tres víctimas, o familiares de víctimas de atentados, que intervenía en el acto.
A lo largo del día se sucedieron actos de recuerdo de la matanza de Atocha. El primero tuvo lugar en la céntrica plaza de la Puerta del Sol, con la participación del alcalde de la ciudad y la presidenta de la comunidad autónoma madrileña. En el lugar donde las bombas estallaron hace 20 años, los familiares de las víctimas, pero también ciudadanos anónimos, depositaron flores, velas, o retratos de quienes perdieron la vida.
ATOCHA. En la estación de Atocha, epicentro de los atentados, los transeúntes presentaban sus respetos ante un monumento conmemorativo subterráneo de color azul cobalto inaugurado la víspera, en sustitución de uno anterior que había sido desmantelado a causa de las obras de ampliación de una línea de metro.
El 11 de marzo de 2004 (11-M), diez bombas con temporizadores colocadas en cuatro trenes suburbanos con destino a la estación de Atocha estallaron con unos minutos de intervalo, causando 192 muertos y casi 2.000 heridos, en el atentado yihadista más sangriento del siglo XXI en Europa.
Enfrentada desde hacía años a la violencia de la organización armada vasca ETA, España estaba habituada a los atentados, pero el del 11-M superó cualquier magnitud previa.