En el Hospital Regional de Encarnación hay 10 máquinas sin utilizarse, mientras los enfermos crónicos renales deben dializarse por su cuenta.
Los dializadores esperan ser utilizados desde agosto del año pasado, en el salón auditorio del nosocomio, mientras que las que actualmente se encuentran funcionando en el área de Nefrología no dan abasto a la demanda creciente de enfermos crónicos renales, muchos de ellos asegurados del IPS de Itapúa, que necesitan el servicio, pero al no existir convenio con otras instituciones privadas, deben de pagar de su propio bolsillo todos los gastos.
Medicamentos inexistentes, combustible para viajar y el servicio son algunos de los gastos a los que se enfrentan los pacientes, entre ellos Carlos Méndez Aguilera, de 65 años, docente rural, con domicilio en Tarumá, Alto Verá.
El hombre tuvo que mudarse a San Pedro del Paraná frente al domicilio de su hija para ser atendido y transportado a la localidad de Obligado, día de poder medio. El costo del tratamiento es de G. 9 millones mensuales, plata que no tienen y deben de hacer milagros para conseguir. “Si no me hago el tratamiento, me ponen los pies en el cajón, yo quiero pedir por favor a las autoridades del IPS que descentralicen este tipo de servicios y los habiliten en Encarnación”, imploró.
Su esposa, Rafaela Cantero (63), fue diagnosticada con cáncer de útero a principios de año, y en Encarnación tampoco tiene cobertura ni remedios oncológicos.
Deben viajar a Asunción, al Hospital Central, para recibir atención, “no puedo entender cómo con el descuento mensual que se le ha hecho al sueldo de mi padre todos los meses, hoy tengamos que estar en estas condiciones, debemos de pagar un privado y estar viajando de un lado a otro para poder recibir los fármacos o la atención, debido a que todo esto se encuentra solamente en Asunción, es una locura”, reclamó Blanca Méndez, hija del matrimonio.