Los agentes de Homicidios de la Policía llegaron hasta el riacho, guiados por informaciones colectadas en el trabajo de ubicar el arma homicida, que sería propiedad de Gregorio Papo Morales, principal sospechoso del crimen.
Los intervinientes se metieron al agua y fue el asistente fiscal Jackson Ávalos quien encontró una mochila que llamó la atención por su excesivo peso; cuando lo sacaron a la orilla del riacho para inspeccionarla, encontraron que guardaba las cinco armas, cuatro revólveres y una pistola, más un cargador. Si bien todavía falta la confirmación por parte de expertos en criminalística, todo apunta a que una de las armas encontradas es la que se utilizó para asesinar al joven.
Fuentes del procedimiento indicaron que confían en esa hipótesis, ya que llegaron hasta la mochila con base en información precisa dada por un testigo clave, que informó el lugar exacto donde habrían ocultado el arma homicida.
El comisario Abel Cantero indicó que a partir del hallazgo la investigación también buscará determinar el origen de estas armas y si están registradas en la Dirección de Material Bélico (Dimabel).
CÁMARAS. También los peritos están analizando las imágenes de cámaras de circuito cerrado que captaron el ataque del que fue víctima Marín. El hombre se encontraba en su vehículo, en cuyo interior fue asesinado a sangre fría.
Las cámaras captaron la salida de un hombre con remera blanca, que, según la Policía, sería Morales.
El presunto asesino, ante la conmoción de los presentes, huyó en una camioneta de color blanco. Este rodado también habría sido abandonado y aún no fue hallado por los investigadores.