Bajo el intenso sol de la mediamañana de diciembre Rodrigo Velázquez (22) avanza rumbo a Caacupé. Lo acompañan sus padres, quienes se turnan para empujar la silla de ruedas del joven.
Cada año la familia, oriunda de Pilar, llega hasta el Santuario de la Basílica para agradecer por la salud de Rodrigo, quien al nacer fue diagnósticado con una afección que afecta a la columna vertebral denominada Espina Bífida.
“Corría riesgo de desarrollar muchas otras enfermedades como hidrocefalia”, recuerda su madre Rosana Karina Mercado. Contra todo pronóstico hoy Rodrigo hoy cursa el tercer año de la carrera de Administración de Empresas. “Y también es requintista”.