17 jun. 2025

En 60 años de gobierno, el Partido Colorado continúa en deuda con el Paraguay

A lo largo de seis décadas de gobierno, el Partido Colorado no dio al pueblo paraguayo las respuestas adecuadas para salir de la pobreza y vivir en democracia en el marco de un Estado de Derecho. Su deuda, por ello, es cuantiosa y urge un radical cambio de orientación, para reparar sus errores históricos y recuperar la credibilidad perdida.

La Convención que hoy se reúne tiene el propósito formal de abordar el tema de la ideología de la Asociación Nacional Republicana (ANR), pero sin duda sus deliberaciones están ya enmarcadas en una actividad proselitista imposible de disimular.
A pesar de contar en sus filas con representantes de corrientes que decían ser agraristas e incluso socialistas, es indudable que a lo largo de su historia, desde su fundación en 1887, estuvo inmerso en corrientes de pensamiento conservadoras, de derecha, afines a ideas totalitarias, con escaso apego a la democracia, personalistas y ajenas al sentir popular.
Ni en su primera época de ejercicio del poder, a fines del siglo XIX hasta 1904, en que fue a la llanura para dar paso a gobiernos liberales, ni en la segunda, que comenzó en 1947 y se afianzó en la dictadura del general Alfredo Stroessner, se encuentran argumentos para sostener que el desarrollo del país, el fin de las desigualdades sociales y el acatamiento de las leyes hayan sido parte de su programa de gobierno en la práctica.
Muy por el contrario, sus líderes afianzaron un esquema basado en la corrupción, el desinterés por valores capitales dentro de la sociedad –salud, educación, justicia, trabajo–, atropello a las normas constitucionales y un desprecio casi absoluto por la honestidad y la decencia.
En base a un sistema clientelista prebendario para el copamiento de las instituciones públicas –e incluso privadas en tiempos del stronismo–, el Partido Colorado gobernó basamentado en la exclusión, la intolerancia y la ausencia de respeto a la dignidad humana.
Por no encabezar un proceso de cambio que tuviera por meta el bienestar de los ciudadanos y gobernar con mezquindad solo para los que acataran sus determinaciones, el Partido Colorado es el gran responsable de la situación actual de deterioro, pobreza, injusticia y desencanto que reina en el país.
Hoy, empujado por los vientos que soplan en el ámbito político local y regional, la cúpula pensante de la ANR propone el abordaje de la ideología de esta más que centenaria nucleación política. Los convencionales, obviamente, no tienen mucho que decir en la materia. Ya todo está predeterminado en relación al curso del debate.
No será extraño que tras la Convención de hoy –además de lo relacionado con la conformación del Tribunal Electoral Partidario (TEP)– la ANR declare su comunión con ideas más progresistas que las sustentadas actualmente. La coyuntura le reclama ese viraje.
Con simples declaraciones de principios nuevos, sin embargo, la ANR no ganará el terreno perdido. Por esa vía no podrá revertir una tradición profundamente anclada en la ausencia de políticas para generar la verdadera transformación de la sociedad. En manos de los colorados, el país continuará inmerso en la miseria y la desesperanza.