17 jun. 2025

Empresa de confección gana mercado con esfuerzo juvenil

Dos amigos se unieron y hoy demuestran que, a pesar de las adversidades económicas del país, con empeño es posible ofrecer alternativas laborales y oportunidades para la gente en el Departamento de Itapúa.

Por Narciso Meza
COLONIA OBLIGADO

Cuando mucha gente sigue saliendo del país en busca de trabajo, la realidad económica de vastos sectores de la sociedad es muy crítica o cuando el contrabando socava las ilusiones industriales y comerciales en el país, aún existen personas emprendedoras que apuestan con sus inversiones en nuestro país.
Este es el caso de dos jóvenes emprendedores de las Colonias Unidas que, a pesar de las adversidades, apuestan a la industria de la confección sacando una marca que desde hace varios meses se posiciona en el mercado itapuense.
Hablamos de Gerardo Larrosa y Felipe Arce, que tras idas y venidas detrás de algunos préstamos, lograron instalar la fábrica de las prendas “Búho”, que desde el año pasado está ganando mercado en Colonias Unidas, Encarnación y otras localidades del departamento.
“Es todo muy difícil porque primero hay que ganar la confianza del mercado que por de más es exigente y competitivo, después está el contrabando de ropas de baja calidad que se venden a precios irrisorios y también la falta de credibilidad de la gente local”, dijo Felipe Arce.
Sin embargo “a pesar de todo estamos posicionándonos en el mercado con gran esfuerzo, creatividad y sacrificio. No hay otro secreto”, aseguró.
De un inicio difícil el año pasado, en estos momentos la firma está confeccionando un promedio de 1.300 prendas mensuales. “Fabricamos ropas deportivas como pantaloncitos, remeras, buzos, además de ropas de oficinas y para el trabajo”, explicó el emprendedor.
La fábrica dispone de 10 máquinas industriales, ocupa más de 10 personas que son manos de obra locales y adquiere telas, hilos y otros insumos del mercado nacional.
“Tenemos una inversión que para nosotros es bastante elevada, pero creemos en lo que hacemos y con el movimiento que estamos teniendo vamos saliendo adelante”, dijo por su lado, Gerardo Larrosa.
“Nuestro objetivo es satisfacer el mercado interno y en un futuro no muy lejano llegar a exportar nuestras ropas”, aseguró Arce.
Felipe Arce se quejó de la falta de mayor apoyo y credibilidad de la ciudadanía hacia una empresa local que da mano de obra a gente de la zona y que fabrica ropa de buena calidad.

Otros rubros
Larrosa y Arce además tienen otros emprendimientos juntos como una oficina de servicios publicitarios y un taller de confección de carteles ruteros, comerciales y serigráficos donde también trabajan varias personas.
“Hasta ahora nos va bastante bien, pero hay que estar y pelear todos los días, no es fácil, pero estamos haciendo todo esto de la nada, es decir merced a los préstamos bancarios y un poco de coraje, creemos que saldremos adelante con todas las personas que trabajan con nosotros”, indicó.

De acuerdo con el gusto del cliente

Las prendas Búho utilizan telas de variada calidad de acuerdo con el pedido de los clientes, “hay telas económicas pero también están las caras que adaptamos al gusto y las posibilidades de los clientes”, dijo Gerardo Larrosa.
Colegios, escuelas, municipalidades y grupos organizados son los mayores clientes de esta empresa que busca salir adelante y cuyo local está instalado en Colonia Obligado.
Para el confeccionista hay que admitir que falta trabajo en el país y la zona de Itapúa, aunque es bastante importante en el aspecto económico, tampoco escapa a esa realidad, “pero nosotros creemos que con dedicación y esfuerzo se puede luchar y eso es lo que estamos haciendo”, dijo.
Fátima Mathias tiene 20 años, es una de las personas que trabajan en este taller. Ella explica que desde el inicio de la empresa está prestando servicio allí. “Terminé mi colegio hace dos años y quería seguir estudiando, pero pertenezco a una familia de escasos recursos, eso me impidió seguir mi carrera universitaria ya desde el año pasado porque no conseguía trabajo, pero cuando me enteré que acá necesitaban gente, me acerqué y gracias a Dios me aceptaron.
Llevo seis meses acá y mediante este trabajo me estoy yendo a la facultad a la noche después de cumplir mi horario”, manifestó la obrera.