Así comenzó el largo camino de Jazmín en el mundo del emprendedurismo, un camino que la llevó a experimentar con la venta de otros productos, como atuendos y calzados deportivos, ropa casual y lencería, que le ayudó a solventar sus estudios.
Luego, ya casada, se dedicó a la venta de suplementos nutricionales y a ofrecer servicios de entrenamiento y coaching a sus clientes y alumnos como entrenadora e instructora de fitness. Pero ese buen momento en el mundo fit duró poco debido al inicio de la pandemia, cuando sus ventas comenzaron a caer aceleradamente.
“Algunos clientes ya no compraban, otros tampoco lo hacían con la misma frecuencia y eso generaba mucha incertidumbre, frustración y desesperación. Mi esposo, como profesional de salud, trabajaba a 1000%, lo que ayudó a que el golpe no sea tan duro, pero yo necesitaba y deseaba seguir generando ingresos y pagar algunas deudas”, relata.
Al ver tanto remanente de suplementos nutricionales, proteínas y otros productos fit en su casa, Jazmín le propuso a su hija Abigahil hacer algo con ellos para poder sacarles algún provecho que les redunde en ingresos para su deprimida economía y recupere la inversión. Así fue que por insistencia de su hija, decidieron emprender preparando recetas dulces.
Desempolvaron una waflera doméstica muy bien guardada y empezamos a crear juntas, en la cocina de la casa, un par de recetas saludables fusionadas con sus suplementos, proteínas y otros alimentos saludables y empezaron a vender por delivery.
Onda Fit. Una vez superada la pandemia, se abrieron un montón de posibilidades para madre e hija emprendedoras y fue así que Jazmín tomó un pequeño ahorro para comprar un par de herramientas para abrir su propia cafetería.
Compraron una licuadora, una bacha, un horno y una congeladora usados y “un juego de sofá hermosísimo de pallet también usado, que nos vendieron por G. 200.000”, relata.
Con el fitness muy presente en sus productos, ambas emprendedoras decidieron bautizar a su pequeña cafetería con el pegadizo nombre de La Onda Fit, localizada en San Lorenzo. El sueño estaba cumplido, lograron abrir su local y ahora había que ponerlo a funcionar.
Jazmín se refiere a su negocio con total pasión, lo describe como una especie de ‘cafetería de barrio’, aunque con una característica diferente a los habituales negocios de este tipo, ya que pone énfasis en lo “saludable y funcional”. Los clientes pueden disfrutar en ese espacio de cafés, bebidas y alimentos de alta calidad, que como plus ofrecen múltiples beneficios para la salud. “Se trata de una tendencia que está transformando la forma en que disfrutamos de nuestras bebidas favoritas: Cafés, tés, jugos y smoothies funcionales, una propuesta diferente, con bebidas y alimentos preparados al momento y enriquecidos con nutrientes, como colágeno, vitaminas, antioxidantes, fibras y proteína de alto valor biológico, dirigidos a los amantes del fitness y a cualquier persona que cuide de su salud”, asegura.
Además de sus cafés helados con proteínas, tiene otros productos muy populares entre sus clientes, como una combinación de pulpa de açaí con proteína, nutrientes y frutas frescas; jugos detox enriquecidos con colágeno, altos en proteínas y fibras, batidos, waffles solos y con helado, sin azúcar ni gluten y snacks como mufffins, donnas, budines y para el team salado ofrece sus solicitados sándwiches, pizzas fit y pizzas Keto, chipitas, y otras exquisiteces dietéticas.
Capital semilla. Un año después de poner en marcha el emprendimiento, Jazmín y Abigahil fueron beneficiadas con un capital semilla para mujeres emprendedoras de USD 1.800, no reembolsables, del programa Reemujerpy, financiado por la Misión Técnica de Taiwán en Paraguay y apoyado por el Ministerio de Industria y Comercio (MIC).
Luego, volvieron a recibir otro capital semilla no reembolsable de G. 1.500.000, mediante un programa de apoyo a mujeres emprendedoras de la ciudad de San Lorenzo, a través de la Fundación CIRD y el CAE.
Estos capitales les ayudaron a expandir su local, aunque Jazmín no se amilana y busca crecer aún mucho más y poder mudarse a un local más espacioso. Ahora apunta a combinar el servicio de la cafetería y ofrecer a la vez actividad física para ayudar a disminuir el sedentarismo y las altas cifras de sobrepeso y obesidad existentes en Paraguay.
“Expandirnos es otro de nuestros sueños, así como ayudar y asesorar a otras personas para emprender este modelo de negocio, sobre todo a aquellas personas amantes del fitness, el bienestar, el estilo de vida activo y saludable”, indica. Y para eso, apunta a seguir capacitándose.
“Me apasiona la idea de poder ver de aquí a unos años, muchos locales con la onda fit y hacer una comunidad y una nación entera más feliz y saludable”, concluye.