La oscuridad que envolvía el puente había generado gran preocupación entre los usuarios tanto residentes como autoridades encargadas del control aduanero y de la seguridad del paso en ambos lados del paso fronterizo.
Las quejas y reclamos por una solución rápida se multiplicaron, impulsando a la Comuna vecina a tomar medidas. “Estamos lidiando con una red eléctrica muy antigua y desgastada”, explicó Pedro Rodrigues, portavoz del equipo de reparación.
Comentó que el objetivo es completar el trabajo en el transcurso de la semana, aunque reconoció que para resolver de fondo el problema es necesario un trabajo mucho mayor, “lo ideal sería una revitalización completa del sistema para evitar futuros problemas, pero parece que no hay interés por parte de la administración federal”.
La situación se complica, aún más por la falta de claridad en torno a las responsabilidades del mantenimiento del puente. El Departamento Nacional de Infraestructura de Transportes (DNIT) del Estado de Paraná, Brasil, responsable del cuidado del paso, se deslinda de la iluminación, por lo que la Prefectura Municipal de Foz de Yguazú, asumió los costos de esta reparación.
Empero desde la Comuna brasileña se aclaró que se espera alcanzar un acuerdo definitivo entre el Municipio y el DNIT para garantizar la iluminación permanente y el mantenimiento adecuado de la red eléctrica del puente.
Si bien la reactivación del 50% de las luces representa un alivio parcial, aún queda un camino por recorrer para que el Puente de la Amistad vuelva a brillar con todo su esplendor.
EN DETALLES. El último trabajo de revitalización de este puente concluyó en junio del 2016, luego de un año y seis meses de intervención. Fue el primer trabajo de esta envergadura realizado desde su inauguración en 1965.
Además de la parte estética, de cambios de la valla de protección interna y externa, y pintura fue sometido a una reforma en la estructura, se corrigieron rajaduras y se rompieron 50 placas de 2,50 metros cada una, que luego fueron llenadas con concreto.
En los costados del puente se colocó una estructura de metal que sirve de base para la colocación del techo que pasó a cubrir a los peatones, protegiéndolos del sol y de la lluvia, sin perder el acceso visual al río y a toda la región de su entorno.
La inversión fue de unos G. 17.000 millones, costo absorbido en su totalidad por el Gobierno brasileño y ejecutado por el consorcio CSO-Gaissler, a cargo del DNIT del Brasil.
Por este paso, considerado una de las fronteras más movimentadas entre Brasil y Paraguay circulan diariamente 42 mil vehículos y 83 mil personas, según datos de la Receita Federal.
Del total de vehículos que cruzan diariamente la frontera, la mayoría tiene chapa paraguaya, representando el 64,14% del total. De los vehículos 48,1% son motocicletas, 34,9% son automóviles y 10,3% son furgonetas.
Cabe recordar que en abril el Ministerio Público Federal del Brasil (MPF) envió una nota a la DNIT también reclamando el estado en el que se encuentra el acceso al puente lado brasileño, sugiriendo la construcción y reparación de aceras, barandas, pasarelas, además de la señalización del acceso a la Aduana.