“Una restricción en el plan financiero muy dura va a afectar, sin duda, al programa de inversiones y eso va a contrapesar de manera importante el efecto positivo que ha tenido en la reactivación económica de estos meses”, asevera.
Recuerda que propuso cambios a la Ley de Responsabilidad Fiscal (LRF) de manera más permanente, a fin de elevar el límite del déficit permitido al 2% del producto interno bruto (PIB). El Ministerio de Hacienda, por su parte, maneja la intención de mantener el déficit de 1,5%, pero con la opción de converger a este nivel en un periodo de dos años tras situaciones como la experimentada este año, de modo que la restricción que se deba imponer sea más gradual y menos fuerte. “Cualquiera de las opciones para esta coyuntura me parece que es viable. En nuestra proyección, el déficit fiscal va a tener que estar en 2% del PIB (en 2020) para que no se afecte tanto la inversión pública en el transcurso del año que viene”, concluye.
Explica que el sector agropecuario tiene su característica particular de “buen clima-buen resultado; mal clima-mal resultado”, mientras que el resto de los sectores dependen más de la capacidad de crecimiento y de las inversiones presentes en la economía en su conjunto. “En eso, la inversión pública todavía va a ser importante el año que viene”, concluye.
Luego de que el Congreso diera luz verde a sobrepasar el límite de 1,5% de déficit fiscal (más gastos que ingresos en las arcas del Estado) respecto al PIB, se espera que este indicador cierre el 2019 en -2,8%. Proyecciones privadas, como del banco Itaú, señalan que esta situación se extenderá al menos hasta el 2020 y el 2021, con resultados de -2,2% y -1,7%, respectivamente.
Entre el 2014 y el 2018, el déficit fiscal de Paraguay se mantuvo dentro de los límites de la LRF, ya que se ubicó en -0,9%; -1,3%; -1,1%; -1,2% y -1,3%. El Presupuesto 2020 se promulgó con un déficit fiscal nuevamente en 1,5%.