09 ago. 2025

El retorno del PRI

Por Benjamín Fernández Bogado - flibre@highway.com.py |

El partido de la revolución mexicana, que gobernó por más de 70 años en el siglo XX, obtuvo el domingo pasado un triunfo claro en las elecciones legislativas de este país, que renovó completamente la cámara de diputados, donde ahora tiene mayoría y, además, ganó varias gobernaciones y municipios con lo que allana, en apariencia, el camino al retorno al poder en el 2012.

Algunos califican de referéndum a la gestión de Felipe Calderón estas elecciones de mitad de mandato y otros sencillamente observan el cansancio y el hastío ciudadano a un proyecto alternativo que vino con un discurso renovador, pero con una acción similar a los cuestionados de antes.

Gran derrotado además el PRD, una escisión del PRI que con el Ing. Cárdenas primero y López Obrador después, estuvieron a punto de alcanzar la silla del águila. Hoy es la tercera fuerza política y los presagios de división son tan grandes como las decepciones que generaron los estilos de mandar de sus líderes llenos de soberbia y altanería.

Le queda al PRI expulsar a los viejos fantasmas que hicieron de esta agrupación política la dictadura perfecta como la calificó Vargas Llosa alguna vez.

Apuestan a la experiencia de gobernar, aunque en realidad se han nutrido más de las deficiencias en los dos gobiernos panistas que no han logrado disminuir las grandes inequidades sociales y económicas que padece México.

La lucha contra el narcotráfico, que tiene aquí en el estado de Sinaloa a uno de sus grandes epicentros, se ha teñido de sangre (más de 8.000 muertos el año pasado) y los resultados son percibidos de manera negativa, a pesar del gran esfuerzo del estado por controlar territorios que anteriormente habían sido arrebatados por el crimen organizado que emplea medio millón de personas en este país y mueve billones de dólares anualmente.

La lectura más sencilla es que el PRI ha vuelto a ganar más por oficio, que por otra cosa. Experiencia fue la palabra que dominó la campaña electoral ante un PAN irresoluto que tuvo que pagar en los comicios del domingo pasado el desgaste de no hacer las cosas mejor y diferente que su antiguo rival.

Le queda ahora al PRI negociar con el gobierno de Calderón, cuyo partido demostró madurez con la renuncia de su presidente, Germán Martínez, quien asumió personalmente la derrota.

Un signo muy diferente al demostrado por Duarte Frutos, luego de la catástrofe colorada del 20 abril de 2008. Le queda ahora aglutinar fuerzas al PRI alrededor quizás de Peña Nieto, gobernador del poderoso estado de México, que parece gozar del beneplácito del gran conglomerado mediático de este país para recuperar el poder en tres años.

Todavía es un trecho largo, pero la conducción de Beatriz Paredes Rangel al frente del PRI, asegura que el viejo partido de la revolución volverá al poder con una mezcla de renovación, sensibilidad y experiencia ante gobiernos que proclamaban el cambio cuando en realidad sólo querían hacer la misma cosa que cuestionaban.

El camino es aún largo y tortuoso, pero los resultados del domingo demuestran cansancio al discurso del cambio sin renovación y apuestan a castigar a los gobernantes actuales del PAN, más que a premiar al PRI que marcha seguro en medio de una crisis económica, cuyos efectos recién comienzan a sentirse y que cosechará el PRI en el 2012 si Calderón no endereza la nave y hace frente al drama de la pobreza, la violencia y el desempleo.

La gran pregunta es si ¿le quedará tiempo y tendrá voluntad de hacerlo?