Por Patricia Figueredo
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Hace unos meses la noticia sobre el aumento del consumo de crack en Asunción y Área Metropolitana saltaba al tapete. Quien más quien menos hablaba de este fenómeno que atrapa a víctimas, principalmente de escasos recursos, debido a su bajo costo. Ahora, otra droga lo desplaza: el paco o pasta base.
“El 20% de las incautaciones corresponden al crack y 80% a la pasta base de cocaína, lo que se conoce como paco, que es igual o peor que el crack, pero que lo venden como crack”, mencionó Miguel Chaparro, director de operaciones de la Secretaría Nacional Antidrogas.
Estos datos se desprenden de un comparativo de 2009 a la fecha. Los lugares no cambian, solo el producto, y hasta los consumidores no se dan cuenta de qué están consumiendo, dijo el agente.
El paco se presenta como piedra pero después se va derritiendo. Es por eso que el proveedor puede venderlo como crack sin que el consumidor se percate de la estafa.
El microtraficante es el que gana en este circuito perverso, ya que “consigue la pasta base por la tercera parte del precio que cuesta la misma cantidad de crack. Así como se da en el caso de vender cocaína comercial o la más pura, según el interés del demandante”, explicó Chaparro.
Los focos de distribución y comercialización de Asunción y Área Metropolitana son: Zeballos Cué, Santa Rosa, Tablada Nueva, San Felipe, Dr. Gaspar Rodríguez de Francia, Itapytapunta, Sajonia, Bañado Tacumbú y Bañado Santa Ana.
También Republicano, Terminal, San Antonio, La Encarnación, Ricardo Brugada, Barrio San Miguel, Virgen de Fátima y Botánico, según la Senad.
NO HABRÁ FAVELAS. Chaparro manifestó que se debe desmitificar que los focos de comercio y distribución son zonas impenetrables.
“La Chacarita sigue siendo el foco de distribución más fuerte, pero no es una favela, no es impenetrable. No vamos a tener una favela acá en Paraguay. Nosotros le sacamos a la mayor distribuidora de ese lugar”, comentó.
Agregó que el trabajo es complicado y que muchas veces los distribuidores van migrando a otros puntos. El tamaño pequeño y el poco olor que tienen tanto el paco como el crack hacen que el control sea más dificultoso, conforme indicó.
SERVICIO MILITAR. Sin intenciones de promover la vida militar, Chaparro sugirió que el Servicio Militar Obligatorio (SMO) podría ser una estrategia que colabore en la lucha. El hecho de que los chicos de entre 16 a 18 años se formen en este campo ayuda a que estén abocados a una actividad que demanda disciplina. Indicó que luego de que el SMO se levante aumentó notablemente el consumo de drogas por jóvenes.
FORTALECEN TÁCTICAS DE CONTROL EN SENAD
Hace un tiempo, la Senad realizó modificaciones para fortalecer los controles y la lucha contra el microtráfico. Miguel Chaparro, director de operaciones, habló de las mismas.
Según dijo, ahora cuentan con mayor recurso humano y técnico, y apuntan a los principales proveedores de crack y paco provenientes de Ciudad del Este y Pedro Juan Caballero.
A la vez, llevan adelante un intercambio de información mediante un trabajo articulado con la penitenciaría de Tacumbú, y coordinan el trabajo de la Unidad de Microtráfico con Prevención. En tanto, los fiscales buscan una nueva figura para aplicar a los microtraficantes.
“Los fiscales están viendo una nueva figura para condenar a los microtraficantes. En vez de poner posesión y tráfico, poner tenencia y comercialización. Comprobando con fotografías antes, durante y después con el historial de las personas; si no, no hay caso”, dijo el funcionario de la Secretaría Antidrogas.