En las últimas semanas, un importante sector de la ciudadanía luqueña, con apoyo de personas de otras localidades, nos han dado una importante lección de civismo, al mantenerse unida y movilizada todas las noches, en operativos de escrache contra el caudillo colorado luqueño y ahora ex senador Óscar González Daher, buscando que el mismo renuncie o sea nuevamente privado de su investidura legislativa por hallarse procesado por hechos de corrupción y tráfico de influencias, lo que finalmente lograron tras 22 días de protestas.
Aunque los miembros del mismo grupo continúan movilizados buscando la renuncia de otros legisladores también salpicados por la corrupción, sería interesante que los ciudadanos luqueños se unan también en otro frente de manifestaciones para exigir una intervención estatal más decidida, que ayude también a salvar y a proteger sus valiosas reliquias arquitectónicas.
Luque existió originalmente como una comunidad de nativos desde épocas de la conquista española y llegó a ser la capital de la República, luego de la toma de su vecina Asunción por el ejército aliado en 1868. Muchos de sus edificios y residencias de época tienen un alto valor para la conservación de la memoria histórica.
Actualmente, sin embargo, varias de estas reliquias arquitectónicas se encuentran en un estado lamentable, ante el paso del tiempo y la falta de un adecuado mantenimiento. La humedad y el deterioro de los techos y de las paredes de adobe han causado muchos daños y varios de estos edificios se encuentran en peligro de derrumbarse, tal como lo ha reflejado un reportaje de este diario, publicado el domingo último.
En total son 60 los bienes tangibles reconocidos por la Municipalidad luqueña que requieren atención como tesoros del patrimonio. Muchos de sus propietarios sostienen que no cuentan con recursos para restaurar los edificios y tampoco reciben ayuda del Municipio, ni de la Gobernación, ni del Gobierno central, para poder conservarlos. Como ya ha sucedido con varios de estos locales, podrían derrumbarse próximamente.
Entre los locales de gran valor se encuentra la casona que fue sede provisional del gobierno durante la Guerra de la Triple Alianza, también la que habitó Madame Lynch, además del museo y mausoleo que guardan los restos del general Elizardo Aquino, héroe luqueño en la contienda, sin olvidar a la antigua estación del ferrocarril, que se encuentra en proceso licitatorio para su restauración.
Hay que destacar que autoridades y técnicos de la Secretaría Nacional de Cultura (SNC) han realizado recientemente una visita de inspección a la mayoría de los edificios y prometen ocuparse del problema. Para que ello pueda ser efectivo, será necesario que la ciudadanía reclame y se mantenga alerta. Luchar por preservar la identidad y la memoria cultural es igualmente importante como luchar por derrotar a la corrupción.