Por: Natalia Ferreira Barbosa / Foto: Fernando Franceschelli.
Los puntos suspensivos y los signos de exclamación e interrogación ya no son suficientes para comunicarse ahora en las redes sociales. Onomatopeyas como el “jaja”, “shhh” y “buaaa” o interjecciones como “ah”, “hey” y “uy” al parecer son reemplazadas lentamente por caritas amarillas que lloran de la risa, se sonrojan, se tiñen de cólera o monitos que se tapan los ojos. Quienes están familiarizados con el uso del Whatsapp ya deben saber que se trata de los populares emojis, emoticones o emoticonos.
Estos últimos, según la Real Academia Española, son la representación de una expresión facial que se utiliza en mensajes electrónicos para aludir al estado de ánimo del remitente. No son para nada nuevos. Un artículo del periódico británico Daily Mail señala que el primer registro se remite al 30 de marzo de 1881, cuando la revista estadounidense Puck publicó cuatro emoticonos que indicaban alegría, melancolía, indiferencia y asombro. Pero recién en setiembre de 1982 se documentó a la primera persona que utilizó un emoticono en un email para darle un tono de broma a un comentario. Se trata del profesor Scott Fahlman de la Universidad de Carnegie Mellon, en Pittsburgh.
A pesar de que se suelen utilizar las palabras emoticono y emoji como sinónimos, el portal de Unicode hace una diferencia al mencionar que los emoticones –que viene del inglés emoticon y este a su vez de la palabra emotion (emoción) e icon (ícono)– preceden al código Unicode (estandarización de los símbolos y textos en softwares) y a los emoji, aunque después fueron introducidos al sistema de códigos. Mientras, la palabra emoji se origina en el japonés “e” (imagen), “mo” (escritura) y “ji” (figura), y se refiere a pictogramas normalmente en forma de dibujos coloridos, y no solo se limita a representar expresiones faciales.
Raíces distintas
Muchos de los emojis disponibles en Whatsapp, por ejemplo, tuvieron su origen en Japón. De ahí que se encuentran artículos que hablan del mal uso de ciertos dibujos; en este caso, una misma representación en culturas diferentes genera distintas interpretaciones. Un ejemplo de ello son las palmas de las manos juntas. Se las utiliza normalmente para pedir algo, pero en realidad es signo de agradecimiento. También la carita de la que sale humo de la nariz. Se la usa a modo de enfado, y sin embargo, por su raíz japonesa, representa satisfacción tras un arduo trabajo.
Otras representaciones mal utilizadas son la cara de la que sale una gota de la nariz. Podría interpretarse fácilmente como alguien con un resfriado, pero en realidad quiere decir sueño. Entretanto, el rostro que tiene ojos en forma de equis y boca abierta, ya por la representación de los ojos se podría pensar en la muerte (en Occidente al menos), no obstante, según el portal Unicode.org, se refiere a una persona mareada.
De seguro para los que leen manga o ven animé, interpretar estas figuras debe ser más fácil en comparación con alguien que jamás estuvo expuesto a ello. De cualquier manera, las personas adoptan los emojis de acuerdo a su personalidad. Si no lo cree, puede analizar qué tipo de emoticonos envía tal o cual persona. Un publicista neoyorquino fue más lejos. Daniel Brill, en su blog emojinalysis.tumblr.com, dice: “Muéstrame tus emojis recientemente utilizados, y te diré qué está mal con tu vida”. Por supuesto, no hay nada que compruebe la seriedad de su análisis. Por lo pronto, solo es un espacio para reír.
Cambio constante
¿El creciente uso de emoticones debe hacernos creer que dejaremos de escribir y pasaremos a comunicarnos solo por imágenes? “La dicotomía de que va a desaparecer la capacidad racional que viene de la lectura, de la acumulación del pensamiento, del uso del lenguaje escrito... Hasta qué punto le va a suplantar el lenguaje audiovisual es una cosa que veremos con el tiempo. Ambos están conviviendo. El tema es hasta dónde eso fortalece más las cuestiones emocionales o la incapacidad de formular lo que uno siente, lo que está queriendo decir sin palabras, eso hay que ir acompañando. En contrapartida, la escolarización sigue siendo la tradicional, vía lectura y escritura. El mundo fuera de la escuela es otro para una generación audiovisual”, opina la comunicadora y docente Susana Aldana.
La especialista compara este debate con el mismo que habrá surgido con la aparición de la imprenta o la radio. El desafío es cómo se asumen las innovaciones tecnológicas, y no conformarse con demonizar, diciendo que limitará la capacidad de expresión de las personas, y si así fuera, harían falta estudios.
Dicen que la conversación por chat es impersonal, y es difícil dar a entender exactamente lo que se quiere decir, sobre todo si no se tiene una vena shakesperiana para el uso de las palabras. Aparecen los emoticonos, ya desde los tiempos del Messenger, y al parecer sirven como una especie de muleta para el lenguaje ahora. Un pedido acompañado de una carita feliz o un reclamo enfatizado con una cara de disgusto. No basta escribir bien, sino interpretar y usar un emoticono de forma correcta, porque también estos se prestan a la malinterpretación. Luego, otros fatalistas anuncian el fin del lenguaje de la mano de los emojis. Lo que será, nadie lo sabe ¯\_(ツ)_/¯.
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Curiosidades emoticonianas
● Este año, Sony Pictures compró los derechos para convertir a siete emojis en una película animada.
● Fred Benenson, de Nueva York, juntó dinero para adaptar la célebre novela Moby Dick solo con caracteres de emojis, el resultado: Emoji Dick.
● Al principio, los emojis utilizados en los smarthones estaban disponibles únicamente en los móviles japoneses, de allí la cantidad de figuras que hacen alusión a la cultura del país del sol naciente.
● El diccionario Oxford eligió a la carita con lágrimas de risa como palabra del año.
● A partir de junio del 2016 podrían incluirse 67 emojis nuevos de los que ya posee el Consorcio Unicode.
● La marca Emojiworks lanzó un teclado físico de emojis para computadoras, los cuales estarán a la venta próximamente.
● Finlandia será el primer país del mundo en tener sus propios emojis temáticos.