El interesante invento consiste en una botella de plástico de dos litros llena de agua a la que se agrega un poco de lejía para preservar el líquido de las algas.
Posteriormente la botella se coloca en un agujero en el techo y se ajusta con resina de poliéster.
La idea surgió después de que Moser haya sufrido uno de los frecuentes apagones que afectaban a la ciudad de Uberaba, al sur de Brasil. Esto lo cansó, y fue por ello que comenzó a pensar en la refracción de la luz solar en el agua como solución al problema de los apagones, según informa el sitio web de la BBC.
De esta manera es como las construcciones precarias y las viviendas en la zona obtienen iluminación gratuita y ecológica durante todo el día.
La potencia de estas bombillas oscila entre los 40 y 60 vatios, dependiendo de la intensidad del sol. “Es una luz divina. Dios hizo el sol para todos y su luz es para todos”, expresó Moser, y agregó que el invento “no te cuesta un céntimo y es imposible electrocutarse”.
El inventor, a pesar de cobrar unos ingresos mínimos por las instalaciones que realiza en las distintas casas y comercios locales, no se ha hecho rico con su idea, ni tampoco lo ha pretendido. Pero sí se siente orgulloso al respecto, y comenta satisfecho que conoce a un hombre que instaló este tipo de botellas “y en un mes había ahorrado lo suficiente como para comprar bienes básicos para su hijo recién nacido”.
La ingeniosa bombilla se ha expandido a otros países gracias a la fundación MyShelter (Mi refugio) de las islas Filipinas, que se especializa en construcciones alternativas utilizando materiales como bambú, neumáticos o papel. La misma ha contribuido en alrededor de 14.000 hogares con este particular sistema de iluminación, en un país en donde el 25 % de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, y el costo del servicio de electricidad es bastante elevado.
“Nunca me imaginé que mi invento tendría semejante impacto”, confiesa Moser emocionado al saber que las “bombillas-botellas” se han extendido a países como Bangladesh, Fiji, Tanzania, India y otros más, según declaraciones del director ejecutivo de MyShelter, Illac Angelo Díaz.