Guillermo Tovar, de EFE
Bogotá-Colombia
El periódico colombiano El Espectador, símbolo de la lucha de la prensa para sobrevivir en medio de la censura y las amenazas, cumple 120 años de vida y sus directivos consideran que tiene el futuro despejado.
El periódico fue fundado el 22 de marzo de 1887 en Medellín por Fidel Cano, primer miembro de una dinastía que lo dirigió hasta 1997, cuando fue comprado por el grupo Santo Domingo, el mayor conglomerado empresarial del país.
En el 2000 las dificultades económicas obligaron a limitar la publicación a los fines de semana, a una drástica reducción de personal –ahora lo hacen dieciocho periodistas– y a la venta del edificio y la rotativa, lo que dejó al país con un solo diario de circulación nacional, El Tiempo, también de Bogotá.
Hoy lo dirige un bisnieto del fundador, que lleva el mismo nombre, pero que no llegó a la dirección como herencia familiar.
El director, Fidel Cano Correa, declaró que la publicación “se mantiene como una voz crítica e independiente y eso es lo que le ha hecho salir adelante”, ya que “si El Espectador no es eso, no tiene mucho sentido”.
“La verdad es que al periódico le ha ido muy bien en los últimos tres años. El año pasado fue especialmente bueno. Todo gracias a ser un periódico de fin de semana”, manifestó Cano, quien no descartó que el periódico vuelva a ser diario.
“Los accionistas están muy contentos con los resultados y han decidido fortalecerlo. Dentro de ese fortalecimiento una de varias ideas es la de volver a la circulación diaria o fortalecerlo como semanario”, indicó el director.
Explicó que “los estudios muestran que habría espacio para un segundo diario y que la gente no está conforme con lo que esté recibiendo del único periódico nacional que hay hoy en día”.
Cano destacó que El Espectador ha podido conjugar la independencia secular de sus páginas editoriales con el hecho de pertenecer a un grupo empresarial.
En cuanto a su presencia en la dirección, considera que “es muy difícil sin duda” porque El Espectador ya no es de “mi familia”, si bien cree que eso hace su experiencia personal “más valiosa”.
El Espectador de los primeros días circuló dos veces por semana, con una edición de 500 ejemplares, y a partir de 1915, cuando ya era diario, empezó a publicarse en Bogotá.
El diario sufrió durante más de un siglo de vida momentos difíciles por la censura, los incendios, las excomuniones y no pocos atentados y asesinatos.
En la década de 1950 el diario fue cerrado por el entonces presidente de facto, general Gustavo Rojas Pinilla, y fue incendiada su sede.
Pero el episodio más aterrador fue el asesinato del que fue su director durante varias décadas: Guillermo Cano, perpetrado el 17 de diciembre de 1986 por orden de la mafia del narcotráfico, que el periodista combatía casi en solitario.
Por si fuera poco, el 2 de setiembre de 1989 la sede principal fue prácticamente demolida por un atentado con explosivos.
Los 120 años serán conmemorados con diversos actos, como la publicación de una edición especial y un libro con la historia del periódico.
Mientras tanto, la Fundación Guillermo Cano Isaza divulgará la investigación “Veinte años de impunidad”.
“El aniversario se conmemorará, pero no con grandes aspavientos”, manifestó el director del semanario y recordó las palabras de la edición siguiente al atentado de 1989: “Seguimos adelante”.