La obra, que no será escenificada sino que se presentará en forma de concierto, está inspirada en las tradiciones españolas de Semana Santa, en especial en los pasos de su población natal, Crevillente (Alicante), y en las historias que sobre ellos le contaba su madre de pequeño.
El compositor español Marcos Galvany posa este viernes en Nueva York (EEUU). El músico estrenará este sábado en el Carnegie Hall de esa ciudad su primera ópera “Oh My Son”, basada en la vida de Jesucristo. EFE | Ampliar imagen
En declaraciones a Efe, Galvany, de 40 años de edad, definió su obra como un “operatic tableaux”, una serie de “bodegones” que recoge imágenes y escenas de la vida de Jesús desde una “perspectiva más humana” y “menos divina” y que funcionan de manera independiente.
Galvany descartó que la influencia de la cultura española vaya a ser un obstáculo para que el público de este país entienda el mensaje de su obra y, por el contrario, aseguró que los estadounidenses se suelen sentir atraídos por todo lo relacionado con España.
Su obra “Oh My Son” va más allá del carácter religioso y de los pasos de Semana Santa, señaló y agregó que “su verdadero potencial se encuentra en las emociones de los personajes”.
“El poder de la obra es que la gente consigue identificarse con unos personajes que están asustados, como en el caso de Jesús, o que sufren, como María al ver la muerte de su hijo”, afirmó el compositor valenciano.
La espiritualidad religiosa no es ajena a la trayectoria de este compositor puesto que, según explicó a Efe, fue en un convento de las Hermanas de los Pobres en Barcelona donde descubrió su pasión por la música.
Debido a un accidente de niño que afectó a su ojo derecho, Galvany pasó largas temporadas alojado en esa institución mientras recibía tratamiento en una clínica oftalmológica cercana y fue allí donde a los cinco años empezó a tocar el piano.
El proyecto dedicado a la vida de Jesús nació a raíz de una primera aria que Galvany compuso sobre la primera vez que la Virgen María contempla a su hijo en la cruz y que fue presentada, entre otros países, en Rusia, Australia y Sudáfrica.
Para Galvany esta primera aria era una pieza muy emocional “que puso la semilla para este trabajo”, que está dividido en dos partes, dedicadas respectivamente a la Natividad y la Pasión de Cristo.
La confección del reparto llevó a Galvany ha realizar audiciones en algunas de la instituciones musicales más prestigiosas de la ciudad, como la escuela Juilliard de Nueva York, donde descubrió al joven bajo-barítono Adrián Rosas que interpreta el papel de Ángel de la Anunciación.
Galvany, que estudió composición en el Columbia Union College (Maryland, EE.UU.), aseguró que uno de los principales objetivos es ayudar con su música a que jóvenes talentos se creen un nombre, del mismo modo que a él le dieron la oportunidad de dirigir orquestas cuando llegó a este país.
“Lo que más me ha gustado de este proyecto ha sido descubrir gente joven, que no son conocidos todavía, pero que posiblemente llegarán a ser grandes el día de mañana”, aseguró el compositor, que llegó al país tras finalizar sus estudios en el Conservatorio de Elche y el de Óscar Espla, ambos en Alicante.
Además de jóvenes cantantes, la obra contará con la participación de la New England Symphonic Orchestra y del coro de la conocida catedral de San Patricio.
Tras meses de esfuerzos para organizar el estreno, el compositor reconoció sentirse “cansado”, pero convencido de la calidad de su música.
“Estoy enamorado de mi música, me fascina, es muy melódica y sé que el concierto va a ser increíble”, afirmó el músico, quien se ha ocupado casi en solitario de las audiciones y del diseño de la imagen gráfica de “Oh My Son”, entre otras tareas.
Los sacrificios y los problemas para llevar su ópera al Carnegie Hall parecen haber merecido la pena y antes de estrenarla ya tiene acordadas diferentes actuaciones que lo llevarán el año que viene al Vaticano, a México y a España, entre otro lugares.