El coordinador del Centro de Estudios Avanzados en Economía Aplicada (Cepea), Geraldo Barros, expuso hoy el informe del estudio en el simposio “Brasil-Japón: Contribución al agronegocio” celebrado en el Memorial de América Latina, en Sao Paulo.

Ampliar el acuerdo fitosanitario para aumentar la exportación brasileña de derivados cárnicos y lácteos requiere de la modernización de la infraestructura por parte de los productores brasileños, recomendó el informe. EFE | Ampliar imagen
El estudio, que contó también con la orientación de la especialista en agroindustria Karlin Saori Ishii, destacó que el superávit de 1.000 millones de dólares en el segmento agrícola del comercio Brasil-Japón puede superarse, porque, a su juicio, “hay grandes posibilidades para ser explotadas”.
Ampliar el acuerdo fitosanitario para aumentar la exportación brasileña de derivados cárnicos y lácteos requiere de la modernización de la infraestructura por parte de los productores brasileños, recomendó el informe.
En el campo de los biocombustibles, los especialistas sugirieron a Brasil avanzar con las alianzas en la producción y exportación de etanol, que deberá ser mezclado en Japón obligatoriamente en un 3,0 por ciento a la gasolina fósil, y aumentar su participación en el comercio de biodiesel.
Japón es el sexto comprador de productos brasileños, con el 3,6 por ciento, en un escalafón liderado por la Unión Europea (22%) y Estados Unidos (20%), mientras que las importaciones de Brasil desde la nación asiática equivalen al 4,85 por ciento de las compras externas del país suramericano.
A pesar del aumento en el intercambio bilateral, tanto en exportaciones como importaciones, la participación de Japón dentro de la balanza comercial brasileña, que era del 6,0 por ciento, cayó a la mitad desde el año 2000.
Barros explicó que el aumento de barreras técnicas, en especial por las “rígidas” normas fitosanitarias y altas tarifas aplicadas por las autoridades japonesas para la entrada de frutas y alimentos cárnicos impidió una expansión proporcional del comercio bilateral entre Brasil y Japón.
Los cereales brasileños tienen tarifas del 121 por ciento para su ingreso al mercado japonés, los lácteos, huevos y miel pagan impuestos por el 96 por ciento y el calzado el 78 por ciento, en tanto que las tasas más altas cobradas por Brasil al país asiático son del 27 por ciento para calzados y automóviles.